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Son varias las bodegas que han comenzado a abrir alojamientos super exclusivos de alto lujo con pocas habitaciones destinadas en su gran mayoría a los extranjeros. Hasta ahora el público más receptivo a disfrutar del turismo vitivinícola de alta gama es el brasilero, que llega a Mendoza cada vez en forma más sostenida. Para eso viene colaborando mucho el hecho de que se están sumando más frecuencias aéreas. A las tres frecuencias directas que hay con San Pablo ahora se sumará una más. Además, el asunto de facilitar la llegada de brasileros suma otro escalón con el vuelo directo Mendoza Río de Janeiro que arranca dentro de poco y que fue anunciado por el gobierno de la provincia. En este contexto de crecimiento, la familia Arizu planificó sumarse con una propuesta exclusiva.
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Los anfitriones. La familia Arizu al completo. Foto: Martín Pravata.
La casona tiene su historia
Está ubicada a unos 30 kilómetros de la ciudad de Mendoza, cerca de la ruta 60, en Fray Luis Beltrán Maipú, en el medio de la finca que llamaron -casi con premonición- El Paraíso. Tiene dos plantas, varios comedores, pisos orginales, y todos los detalles de la época.
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La casa conserva muchos muebles de la época. Muchas partes fueron restauradas para mejorar la funcionalidad del conjunto.
El proyecto turístico propone hacer pasar un día en la finca, que tiene 250 hectáreas, hacer degustaciones entre los viñedos, disfrutar de un picnic en los jardines entre robles y alcornoques y recorrer la vivienda, todo contado con audioguías para vivir una experencia inmersiva en la historia vitivinícola del lugar. En la segunda etapa también se abrirá la casona como alojamiento de alta gama.
Carolina Macaya, chilena, y gerenta de Hospitalidad de la casona contó que ya tienen reservas para arrancar en octubre. y muchas expectativas porque son conscientes que este tipo de propuestas turísticas tiene mucha demanda.
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Alberto Arizu durante la presentación y Carolina Macaya, gerenta de Hospitalidad del emprendimiento. Foto: Martín Pravata.
El origen
En 1925 Leoncio Arizu, -el bisabuelo de Alberto (hijo), y abuelo de Alberto Arizu ingeniero agrónomo y miembro activo de la firma a sus 80 años-, fue quien compró a Frank Romero Day una finca de 925 hectáreas con un chalet estilo francés que domina el corazón de la finca. Leoncio refundó la finca en 1926 y su hijo Saturnino la siguió potenciando. Actualmente es la más antigua, extensa y con mayor variedad de cepajes de la Bodega Luigi Bosca. Conviven plantas de Malbec, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Petit Verdot, Pinot Noir, Pinot Meunier, Chardonnay, Pinot Blanc, Sauvignon Blanc y Gewurztraminer.
Allí vivieron los Arizu hasta hace poco. Desde fines del año pasado comenzó la readaptación para convertirla en un lodge de lujo con tres habitaciones que asegurarán al visitante una experiencia inmersiva en el mismísimo paraíso. No tendrá restorán porque el visitante podrá pedir la comida que desee en los comedores ambientados con aire de lujo europeo. También podrá hacer un picnic entre los extensos jardines enmarcados con viñedos perfectos. La idea del proyecto es un alojamiento exclusivo, de alto nivel. "Tendrá la huerta orgánica más grande de Mendoza", que surtirá los requerimientos gastronómicos de los visitantes, anticipó entusiasmado Alberto Arizu (h).
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La propiedad tiene 250 hectáreas de viñedos que pertenecen a la familia desde hace 4 generaciones. Foto: Martín Pravata.
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