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La excavación más profunda del planeta Tierra: un pozo que supera los 12.000 metros de profundidad

Este pozo es un recordatorio silencioso de que el corazón de nuestro propio planeta Tierra sigue siendo un territorio desconocido

Cuando hablamos de explorar el planeta Tierra, solemos mirar hacia el espacio. Cohetes, sondas, telescopios. Pero hay un pozo mucho más cercano, y quizá más inquietante, que permanece casi intacta en el interior de la propia Tierra.

Allí, bajo nuestros pies, existe una excavación que sigue siendo insuperable. Un pozo que desciende más de 12.000 metros hacia la corteza terrestre y que, aún hoy, ostenta un récord que nadie ha logrado superar. Te contamos en qué lugar del planeta Tierra se encuentra.

Pozo Superprofundo de Kola (3)

La excavación más profunda del planeta Tierra: un pozo que supera los 12.000 metros de profundidad

Según The Institute for Environmental Research and Education se trata del Pozo Superprofundo de Kola, la excavación más profunda jamás realizada por el ser humano. Está ubicado en la península de Kola, al noroeste de Rusia, y fue iniciado en 1970 por científicos de la entonces Unión Soviética. El objetivo no era encontrar petróleo ni minerales, sino algo mucho más ambicioso, entender cómo es realmente el planeta Tierra por dentro.

Durante casi dos décadas, el pozo fue avanzando capa por capa, perforando rocas cada vez más antiguas. En 1989 alcanzó su profundidad máxima, 12.262 metros, más de doce kilómetros bajo la superficie del planeta Tierra. Para ponerlo en perspectiva, eso es más profundo que la altura del monte Everest, pero en dirección contraria.

Pozo Superprofundo de Kola (1)

Lo que se encontró bajo este pozo único en el planeta Tierra

Sin embargo, el verdadero desafío no fue la profundidad, sino las condiciones extremas. A medida que descendían en el pozo, los científicos se encontraron con temperaturas que superaban los 180 grados Celsius, muy por encima de lo que sus modelos habían predicho. Las rocas, lejos de comportarse como estructuras rígidas, se volvían plásticas, casi como si fluyeran lentamente bajo la presión.

El pozo de Kola también rompió certezas científicas. Allí donde se esperaba encontrar capas sólidas y secas, aparecieron fracturas llenas de agua, atrapada desde hacía miles de millones de años. Incluso se hallaron microfósiles, restos de vida primitiva en profundidades donde nadie imaginaba que pudieran existir.

Finalmente, la excavación se detuvo. La tecnología de la época ya no podía soportar el calor, la presión ni la deformación de los materiales. El proyecto fue abandonado en los años noventa, y el pozo sellado. Hoy, en la superficie del pozo, apenas queda una tapa metálica que oculta uno de los mayores esfuerzos científicos de la humanidad.

Entre sus características resalta que

  • en la parte más profunda, el pozo tiene apenas unos centímetros de ancho, similar al tamaño de un plato.
  • no es un único túnel vertical, sino un sistema de perforaciones con desvíos laterales.
  • se usaron métodos de perforación diseñados exclusivamente para investigación científica.
  • sigue siendo la excavación artificial más profunda jamás lograda por la humanidad.
  • su profundidad dio lugar a relatos exagerados sobre sonidos, grietas y teorías extremas.

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