Con los geranios no es raro que suceda esto, pues los taladros se comen sus hojas y les quitan el encanto natural que tienen. A pesar de ser una planta con fama de resistente, este pequeño depredador la puede dejar en muy mal estado.
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El ciclo de esta plaga comienza con las mariposas del geranio, que deposita sus huevos en la planta. Cuando las larvas comienzan a creer, se comen las hojas y los tallos. De esta actividad tan dañina es que sacan su nombre de plaga del taladro.
Las señales de que nuestra planta está afectada por el taladro son en su mayoría muy evidentes, por lo que será fácil identificar dónde tenemos que actuar.
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Hay una forma natural de combatir esta plaga tan perniciosa, que costará muy poco y es muy efectiva. Simplemente hay que hervir tres cabezas de ajo picadas en agua.
Una vez que el preparado está listo, hay que dejarlo enfriar, y finalmente pasarlo a una botella con rociador. Cuando tenemos todo esto solucionado, simplemente mojamos con el líquido la planta afectada o la que queramos proteger, y la plaga desaparecerá.