Estudio

Horrible descubrimiento científico sobre las hormigas: "Es como una pesadilla"

El descubrimiento sobre una táctica de una especie de hormigas dejó helados a los científicos. Cuál es esta práctica truculenta

Un nuevo descubrimiento nos arroja a un mundo donde la traición y el engaño son las reglas del juego entre insectos, revelando una práctica parasitaria aterradora entre las hormigas. A través de un rocío de sustancias químicas, una reina invasora consigue que las obreras de otra especie se lancen contra su propia madre, la reina titular, para luego ocupar su puesto. Es un escenario digno de una película de terror natural.

La parasitaria se infiltra en el nido y rocía ácido fórmico a la reina que manda. El biólogo Keizo Takasuka, autor principal de este estudio de la Universidad de Kyushu en Japón, lo describió con palabras fuertes: "El olor de la reina se borra con el ácido fórmico, y en un instante, el individuo que las obreras protegen con mayor urgencia se convierte en una amenaza viciosa. Tanto para la reina anfitriona como para las obreras, no es más que una pesadilla". ¡Qué manera tan cruel de asegurar un trono!

El engaño parasitario

Algunas especies de hormigas, como Lasius orientalis y Lasius umbratus, son parásitos sociales. Ellas no construyen su propio nido desde cero; en cambio, las reinas de estas especies invaden colonias de otras, como Lasius flavus y Lasius japonicus, obligando a las obreras a servirlas. Es una especie de golpe de estado en el mundo de los insectos.

Los científicos ya sabían que estas reinas invasoras se disfrazan con olores robados para camuflarse. Como las hormigas no ven muy bien y viven en la oscuridad de su nido, dependen muchísimo de los aromas para reconocerse y tomar decisiones. Este método les da una especie de invisibilidad olfativa.

hormigas trabajadoras
El descubrimiento dejó helados a los científicos.

El descubrimiento dejó helados a los científicos.

Sin embargo, a los científicos todavía les quedaba una pregunta sin resolver: ¿cómo convence la invasora a las obreras, las hijas, de matar a su madre? Para investigar este macabro proceso, Takasuka y sus colegas observaron atentamente el comportamiento de las hormigas en el laboratorio. El estudio se publicó en la revista Current Biology.

Primero, prepararon a una reina invasora con obreras y capullos huéspedes para que ella pudiera adquirir el aroma correcto, algo que imita lo que pasa en la naturaleza, según explicó Daniel Kronauer de la Universidad Rockefeller en Nueva York, quien no participó en el estudio. Comentó que a veces se ve a estas reinas afuera, masticando obreras huésped y acicalándose con sus químicos para volverse invisibles.

El ataque químico y la toma de poder

Luego de la preparación, los científicos introdujeron una reina L. orientalis en un nido de L. flavus, y una reina L. umbratus en un nido de L. japonicus. La mayoría de las obreras aceptaron a las reinas parásitas y estas avanzaron tranquilamente hacia las reinas anfitrionas.

Cada reina parásita roció a la reina anfitriona con fluido abdominal. De inmediato se retiró, mientras las obreras, muy agitadas, se voltearon y atacaron a su propia reina. Si la reina original sobrevivía al ataque, la parásita regresaba para rociarla de nuevo. El resultado fue siempre el mismo: la madre fue asesinada y desmembrada por sus propias hijas, debido al macabro descubrimiento.

hormigas obreras
Las hormigas trabajadoras fueron el foco de este experimento.

Las hormigas trabajadoras fueron el foco de este experimento.

Las hormigas pueden rociar ácido fórmico, que huele agrio, cuando se sienten amenazadas; Takasuka cree que esto es lo que lanzan a la reina anfitriona. Cuando son atacadas, las hormigas a menudo rocían al intruso con ácido fórmico para alertar a otras en la colonia, explicó Kronauer. Él piensa que la reina parásita reutiliza esto para su propio beneficio: esencialmente, les dice a las obreras que la reina es una intrusa al rociarla, lo que provoca el ataque. Es un truco muy bajo.

Cuando la situación se calma, la reina parasitaria empieza a poner sus propios huevos y las obreras se ocupan de ella y de su descendencia. En ese momento, la parásita se mezcla con el olor general del nido, ya que las obreras están constantemente sobre ella, y ya no necesita seguir matando o masticando a las obreras.

Eventualmente, las obreras viejas mueren, y la reina parásita tiene una nueva prole compuesta solamente por sus hijos. En otras especies de hormigas parásitas, la invasora mata a la titular ella misma. El matricidio, cuando la descendencia mata a la madre, no es común en la naturaleza, y cuando sucede suele ser para el bien de la especie.