Descubrimiento científico: qué hay que comer para rejuvenecer las células que combaten el cáncer

Un descubrimiento reciente revela un mecanismo prometedor en ratones, conectando la dieta rica en fibra con la activación de nuestras defensas

Amigas y amigos, un nuevo descubrimiento de laboratorio nos muestra una posible interacción poderosa entre la fibra que comemos y los microbios de nuestro intestino, algo que podría ser muy útil para darle pelea al cáncer. El sistema inmune es clave en esta batalla de nuestro cuerpo contra las células malignas y, al parecer, una dieta específica le da una mano enorme.

La investigación sugiere que comer mucha fibra podría ayudar a fortalecer la función de ciertas células inmunes, que son las encargadas de detectar y destruir el cáncer. Este beneficio sucede porque la fibra afecta directamente a nuestro microbioma intestinal, el montón de especies microbianas que viven en el tracto gastrointestinal.

Un trabajo del sistema inmune que se cansa

Nuestras células inmunes, en la primera línea de resistencia, incluyen a los linfocitos T citotóxicos CD8+, a quienes llamamos células T asesinas. Estas células rondan los tumores y después exterminan las células cancerosas. El problema es que, batalla tras batalla, se van agotando y ya no son tan efectivas para encontrar nuevos tumores. Por eso, la ciencia busca tratamientos que les devuelvan el empuje necesario para terminar su trabajo.

Un equipo liderado por el Dr. Sammy Bedoui, inmunólogo de la Universidad de Melbourne en Australia, publicó un estudio que indica que un simple cambio en la dieta podría revivir estas células clave, todo por medio de la influencia en el microbioma. El proyecto comenzó hace casi diez años como una descubrimiento fundamental, sin tener un resultado específico en mente, contó el doctor a Live Science.

dieta con fibra

Ellos exploraban cómo las células T CD8+ defienden el cuerpo. Observaron que en ratones que no tenían microbioma intestinal, las células T transferidas comenzaban a morirse después de un par de semanas. Así se pusieron a buscar qué factor liberado por el microbioma podía ayudar a las células T a prosperar.

En un artículo de 2019, dieron con ese factor. Cuando mucha fibra dietética llega al intestino, las bacterias en el colon la fermentan. Este proceso libera unos químicos llamados ácidos grasos de cadena corta (AGCC). El Dr. Bedoui y su coautora, Annabell Bachem, demostraron que un AGCC particular, el butirato, logra rejuvenecer las células T cansadas. Según Bedoui, "Se parecen mucho a esas células que nos gustaría tener cuando tratamos pacientes o ratones con inmunoterapias".

La fibra marca una diferencia en los tumores

Tras probar este efecto en ratones sanos sin microbiota, los investigadores aplicaron la idea a ratones con melanoma, un tipo de cáncer de piel. A la mitad de estos animales les dieron una dieta rica en fibra, lo cual, a su vez, aumentó la producción de AGCC por parte de sus microbios intestinales. El grupo con más fibra permaneció libre de tumores por más tiempo y en general tuvo tumores más pequeños, lo que significa que el cáncer progresó más lento.

dieta fibra
La dieta alta en fibra tiene muchos beneficios.

La dieta alta en fibra tiene muchos beneficios.

En otro experimento, los científicos criaron ratones a los que les faltaban las células T e hicieron el mismo protocolo. En estos ratones, la dieta alta en fibra no mejoró los resultados contra el cáncer, algo que sugiere que el efecto de la fibra en las células T fue lo que ralentizó la enfermedad.

El equipo analizó cómo los AGCC podrían estar modificando las células T de los ratones. En aquellos alimentados con más fibra dietética, encontraron más células T especializadas para combatir el melanoma. Estas células se veían especialmente en el ganglio linfático que drena el tumor, que es como un punto de encuentro donde se concentran las células T antes de atacar el tumor. La ciencia siempre encuentra lugares inesperados.

Lo más importante es que estas células tenían una proteína que indicaba su capacidad para combatir el cáncer. Bachem comentó que estas células tienen la capacidad de permanecer en el cuerpo por mucho tiempo. "Tienen el potencial de activarse bien, y luego de diferenciarse en diferentes subconjuntos", asegura.

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