El Banco de Huellas de ADN de Mendoza sirvió para resolver 150 casos de abuso sexual en 5 años.
El Banco de Huellas de ADN de Mendoza sirvió para resolver 150 casos de abuso sexual en 5 años.
También sirvió para identificar a los autores y partícipes de más de 100 robos agravados y de 80 asesinatos.
La investigación forense es uno de los pilares del trabajo del Ministerio Público Fiscal y los fiscales al momento de resolver casos policiales y criminales. Por eso, el Banco de Huellas de ADN se ha convertido en un instrumento clave para lograr resultados.
El Banco de Huellas de ADN comenzó a funcionar hace casi 5 años en Mendoza. Desde entonces acopia 57.745 perfiles genéticos de imputados, condenados, personal policial y penitenciario, integrantes del Cuerpo Médico Forense y del laboratorio y también de personas que dejaron su muestra voluntariamente, a la espera de la resolución de casos de vieja data, como la desaparición de Paulo Cristian Guardati.
El banco genético consiste en el sistema CoDIS (Combined DNA Index System), programa creado por el FBI para investigación criminal. Permite que a cada persona imputada en un delito se le tomen las huellas dactilares, una foto y se le extraiga saliva para que quede su registro de datos.
Desde 2016 a la fecha se detectaron 367 coincidencias entre perfiles genéticos guardados en el Banco de Huellas de ADN y levantados en escenas del crimen.
El 38% corresponden a casos de abuso sexual y 27% a robos agravados. El 22% de las coincidencias se dieron en casos de homicidio y el 7% correspondieron a delitos menores.
En la jerga del Banco de Huellas Genéticas, cada coincidencia se denomina match. Y en el equipo a cargo de Miguel Marino, titular del Banco de Huellas de ADN, festejan cada match como un gol de Messi porque es sinónimo de logro, de conquista. Contra el delito cometido, en este caso.
Este dependencia del Poder Judicial de Mendoza y específicamente del Ministerio Público Fiscal trabaja sin interrupciones, incluso lo hizo durante la etapa más dura de la pandemia: incorporando muestras, analizándolas e incorporando reactivos, que son clave para el trabajo exitoso.
"La investigación forense no tiene restricciones a la hora de importar reactivos, lo que se agrega al apoyo de las autoridades políticas para que podamos trabajar en condiciones y con las herramientas necesarias"
El trabajo del equipo del Banco de Huellas de ADN también sirvió este año para confirmar que los dos cadáveres hallados en el cerro El Plata, a 6.000 metros de altura, pertenecían a los andinistas Roberto “Leroy” Villa y Nicolás Ibazeta, quienes habían partido a la montaña en junio de 1996.
También fue clave para la resolución del crimen del futbolista Diego Mosca, ocurrido hace 1 año, y para condenar a Roberto Cataldo, con varios antecedentes penales en su haber.