Las aves no “hablan” como los humanos, pero cada vez que abren el pico emiten señales cargadas de información. Para los científicos, esos cantos y llamados conforman un lenguaje complejo que cumple funciones vitales: atraer pareja, defender territorio, advertir peligros o coordinar a su bandada. Y, sorprendentemente, cada pájaro posee una huella vocal tan identificable como nuestra voz.
¿Alguna vez te has preguntado que es lo que están diciendo las aves cuando abren su pico y realizan el típico sonido de pájaro? Pues muchas veces se trata de un medio de comunicación capaz de salvarles la vida en determinadas ocasiones más que una simple vocalización.
¿Qué comunican las aves cuando cantan o graznan?
Aunque cada especie tiene su repertorio, los sonidos suelen agruparse en grandes categorías. Pueden deberse a cantos territoriales donde anuncian su presencia y fortaleza siendo muy comunes en época reproductiva. Son llamados de alarma entre las mismas aves, suelen ser sonidos cortos y agudos, alertando sobre depredadores o amenazas.
También son señales de contacto que sirven para mantenerse unidas en vuelo o dentro del grupo e incluso son reclamos de cortejo. Es decir, un sonido elaborado y melódicos donde buscan atraer pareja y mostrar salud. Esto ocurre mucho con los pájaros machos, ya que abren su pico para advertir del territorio a sus rivales o para atraer a hembras de su especie. Por último, cuando se trata de vocalizaciones provenientes de aves jóvenes para pedir alimento y ayudan a aprender el repertorio adulto.
Pero, ¿cómo es que lo hacen? Las aves producen estos sonidos gracias a la siringe, un órgano exclusivo ubicado donde la tráquea se divide hacia los pulmones. Su diseño les permite emitir notas simultáneas y cambios rápidos de tono, algo imposible para los humanos.
Cada individuo tiene pequeñas variaciones en cuando al tono y frecuencia, ritmo y duración, patrones de repetición e incluso timbre. Esa combinación crea una firma acústica o “huella vocal” que otras aves reconocen. Así, los padres identifican a sus polluelos entre docenas de nidos, y los miembros de una bandada distinguen aliados de extraños.
En muchas especies, el canto se aprende por imitación, un proceso similar al del lenguaje humano. Los jóvenes escuchan a los adultos y practican hasta perfeccionarlo. Otras especies, en cambio, traen parte del repertorio “programado” desde el nacimiento, pero aun así desarrollan su estilo propio con el tiempo.
Para el mundo científico conocer qué “dicen” las aves ayuda a monitorizar cambios en los cantos pueden indicar estrés ambiental, a identificar territorios y rutas migratorias sin invasión y revelar comportamientos ocultos.
Otras características del canto de las aves
- Especies como las cotorras, han desarrollado unos rasgos vocales característicos que les permiten comunicarse en distintos dialectos.
- Ciertas aves paseriformes han aprendido a emitir el mismo quejido cuando se encuentran ante una amenaza.
- Las aves de áreas de distribución usan el mismo reclamo para identificar a los pájaros que parasitaban sus puestas. Es decir, las especies especializadas en poner sus huevos en nidos ajenos.
- Las aves usan sus cantos como transmisión social de conocimiento. Es como si todas ellas hubieran desarrollado la capacidad de aprender a quejarse del mismo modo.
- Otra de las peculiaridades de las aves es el modo en el que emiten sus cantos. Pues hay una serie de mecanismos intrínsecos que parecen ayudar a dirigir las vocalizaciones de los pájaros.
- Tanto el canto de las aves como nuestra habla son ‘vocalizaciones aprendidas’.




