Una huella en una ventana es como una mancha inútil. En cambio, una huella en la ventana de una casilla rodante donde acaban de ocurrir un asesinato y una violación es una prueba de oro que sirve para encarcelar y condenar al culpable. Esto último sucedió en Mendoza hace casi 30 años con el denominado "Crimen del Parque".

Martes 13 de noviembre de 1990. Aldo Alberto Escudero (22) y María Lourdes Suárez (22) se encuentran al oeste del lago del Parque General San Martín. Al pie de una casilla rodante del muchacho conversan de ellos, de planes, del futuro, de la vida... Tranquilos. Enamorados. Hasta que algo los sobresalta. Es un grupo de muchachos que camina directamente hacia ellos, con paso resuelto, decidido. Entonces, la pareja, asustada, busca refugio en la casilla y se encierra. Pero la patota estaba dispuesta a romper todos los límites. Todos. Incluso es del respeto por la vida ajena.

Acá sucedió la tragedia

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El juicio

El 12 de marzo de 1992 la Justicia condenó a cuatro adultos y declaró penalmente responsable a un menor por los delitos de homicidio calificado por la cantidad de autores y la utilización de armas en perjuicio de Escudero y de violación calificada por la cantidad de autores en perjuicio de Suárez.

Un gancho de mano de carnicero fue una de las armas homicidas.

"A la chica la llevamos al Lagomaggiore"

Graciela Avila, médica del SEC, fue de las primeras en llegar a la escena del crimen y violación. Durante la investigación judicial y el  juicio declaró: "Recibimos un Código Rojo (señal de alerta que indica un caso gravísimo) por un herido de arma blanca en el Parque. Estaba gravísimo. La Policía nos acompañó hasta la casilla: había sangre por todos lados".

La jueza Liliana De Paolis de Aymerich escuchaba atentamente a la médica desde lo más alto del tribunal de la Sexta Cámara del Crimen. "El muchacho estaba tirado en el piso de la casilla, sobre su costado derecho. A la chica la trasladamos al Lagomaggiore".

Marcos Rojas, oficial de la Policía, también declaró: "Jamás podré olvidar todo lo que vi aquella noche". Su actuación fue clave porque en cercanías de la casilla entrevistó a un muchacho "que estaba herido en una pierna y sangraba. Tenía el jean roto", dijo. Horas después, ese muchacho fue asistido en el hospital Lagomaggiore.

De película

Mientras los peritos retiraban el cadáver de Escudero de la casa ambulante, Lourdes Suárez era atendida en la guardia.

Estaba en shock. Su cuerpo y su mente habían sido atacados por la patota. Su dignidad había sido pisoteada. Aun así, en medio del trance, distinguió una voz que le resultó conocida. Una voz que emergía del otro lado del biombo. Y mientras más la escuchaba más familiar le resultaba.

Hasta que la reconoció y empezó a sentir miedo y después terror, porque esa voz era la ¡de uno de sus atacantes!, la del muchacho herido en una pierna que sangraba y que había sido entrevistado por el oficial Rojas.

Que el juez investigador Gonzalo Guiñazú estuviera cerca de allí fue determinante: la chica denunció al agresor y éste fue detenido de inmediato. Fue identificado como José Luis Arca Maza, le decían El Colina y apenas era mayor de edad. En 1992 fue uno de los cuatro condenados a reclusión perpetua por la salvajada conocida como "El Crimen del Parque".

El juez en persona

Un usía investigador que conduce una pesquisa por teléfono desde su casa o su despacho es garantía de fracaso. En cambio, un juez investigador que va al lugar de los hechos, a la hora que sea, y que se pone al frente de la pesquisa es garantía de trabajo bien hecho, en tiempo y forma. Es garantía de caso esclarecido. Como sucedió con "El Crimen del Parque".

Apenas le avisaron del crimen y violación, Guiñazú fue a la escena y supo por boca del forense que Escudero había recibido entre 10 y 15 puñaladas. Y que le habían cortado una oreja. También supo que era de contextura física importante, por lo cual dedujo que el ataque pudo haber sido cometido por varias personas, y que acaso alguna de estas hubiera salido herido. Y ese razonamiento no falló porque había un herido: Arca Maza.

El usía fue al Lagomaggiore donde estaban a punto de linchar al reconocido Arca Maza y de esa visita se llevó un dato valiosísimo: que el detenido y sus amigos habían estado en un mitín político partidario antes de cometer la tragedia. Y esa fue una buena pista a seguir.

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También envió una comisión policial "hacia el sur", hacia los barrios de Godoy Cruz, a buscar a los prófugos. ¿Por qué ordenó que fueran hacia el sur? Porque esa era la única vía posible de huida teniendo en cuenta que, como el juez había visto con sus propios ojos, hacia el Este estaba el lago del Parque, hacia el Oeste estaba el Club Hípico y hacia el Norte, la custodia de las canchas de tenis del Club Mendoza de Regatas.

Y ese razonamiento tampoco falló porque los otro cuatro imputados fueron capturados en barrios de Godoy Cruz siguiendo el dato del mitín político partidario y la sospecha de que habían escapado hacia el sur.

El último en ser detenido fue el menor Gabriel Araya (16) . En presencia de la Asesora de Menores y de la Defensora de Menores declaró que él y los demás detenidos habían participado del gravísimo episodio, y que Arca Maza había seccionado la oreja de Escudero.

En el Lagomaggiore el juez también había ordenado secuestrar las zapatillas de Arca Maza porque estaban manchadas de sangre. Los estudios de laboratorio determinaron que era la sangre de dos personas: la suya y la del asesinado Escudero. Esto último permitió cerrar el círculo sobre el detenido como autor del crimen.

Previamente había ordenado proteger la escena del crimen. Entonces, la casilla rodante fue rodeada por policías hasta la mañana siguiente cuando fue peritada por personal de Criminalística. Nadie debía tocar nada ni alterar el lugar de la tragedia.

Culpables

Jorge Luis Arca Maza, Miguel Samuel Tello, Julio César Altamirano Oviedo y Germán Antonio Ferreyra fueron condenados a reclusión perpetua.

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Araya fue declarado penalmente responsable de los delitos del crimen del Parque y cuando fue mayor de edad lo sentenciaron a 10 años de cárcel.

El tribunal de sentencia fue presidido por De Paolis de Aymerich (falleció en 2016) e integrado por Alejandro Brizuela (hoy retirado) y Alejandro Luis Gullé, quien dejó ese cargo en 2016 para desempeñarse como Procurador General de la Suprema Corte de Justicia y jefe de los fiscales.

Arca Maza fue representado por el entonces defensor oficial Juan Fornés (hoy retirado). Ferreyra y Tello fueron asistidos por Edgardo Izura, abogado que semanas atrás defendió a Sebastián Petean Pocoví, declarado  culpable en el primer juicio por jurado de la historia de Mendoza.

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Las actuales juezas de sentencia María Alejandra Mauricio y Sofía Carolina Rivera representaron al menor y a Altamirano respectivamente.

Tello, el reincidente

Miguel Tello volvió a caer en prisión cuando ya estaba libre por el crimen del Parque. Otra vez por un delito sexual: acusado de abusar de tres niños, hermanitos entre sí. Todos eran hijos de un amigo.

En 2013 fue condenado a 14 años de prisión por el delito de abuso sexual agravado en reiteradas ocasiones.

"No cometí el crimen del Parque ni los abusos" "No cometí el crimen del Parque ni los abusos"

Miguel Tello, al salir del segundo juicio

El fallo fue de la Sexta Cámara del Crimen, la misma que lo había sentenciado por el Crimen del Parque. Alejandro Gullé era el único sobreviviente de aquel tribunal.

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Cuentan que cuando el magistrado lo tuve enfrente nuevamente, miró a Tello fijamente y confirmó, una vez más, su convencimiento de que los delincuentes sexuales no tienen cura y que reinciden cada vez que pueden. Tello era una demostración concreta, un gravísimo ejemplo.

La política metió la cola

Dos gobernadores radicales rebajaron la condena a Tello por el crimen del Parque. Esa facultad está prevista en la Constitución de Mendoza aunque no es obligatorio que lo hagan.

Roberto Iglesias emitió dos decretos en 1999 y 2002 y Julio Cobos uno en 2004. Esto favoreció la posibilidad de que Tello accediera a la libertad condicional en 2008.

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La noticia de la morigeración de la pena causó fuerte polémica en ámbitos políticos y judiciales, especialmente durante la gobernación de Iglesias.



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