El histórico barrio polaco de Brooklyn se ha transformado en un vibrante destino que mezcla tradiciones centenarias con innovación culinaria y diseño contemporáneo. De cafés emblemáticos a restaurantes japoneses de vanguardia, este rincón secreto de Nueva York ofrece una experiencia única que combina lo mejor de dos mundos.

Un barrio en Nueva York con mucho sabor

El alma gastronómica de Greenpoint refleja perfectamente su transformación. El día comienza en Five Leaves, un café emblemático frente al parque McCarren, donde los neoyorquinos combinan trabajo y placer en su soleada terraza.

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En este barrio podrás disfrutar de la mejor gastronomía de Nueva York.

En este barrio podrás disfrutar de la mejor gastronomía de Nueva York.

La influencia japonesa en Nueva York ha convertido al barrio en un pequeño Tokio, Acre destaca con sus bentos de pollo karaage y té matcha de maracuyá, mientras que Rules of Thirds eleva la cocina nipona a nivel gourmet en un espacio minimalista. Sin embargo, las raíces polacas del barrio siguen vivas en lugares como Peter Pan Donut & Pastry Shop, donde desde los años 50 las camareras, con sus uniformes verde almendra, sirven lo que muchos consideran los mejores donuts de Nueva York.

Un barrio con joyas

La esencia de Greenpoint, en Nueva York, se descubre en sus tiendas únicas, ubicadas en antiguos edificios de ladrillo de los años 30. West Street se ha convertido en el epicentro del comercio artesanal, albergando desde papelerías japonesas hasta sombrererías artesanales.

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Este barrio es un gran punto turístico.

Este barrio es un gran punto turístico.

Los amantes del vintage encuentran su paraíso en Dobbin St Vintage Co-op, donde los muebles de los 80 conviven con lámparas art déco y vajillas retro.

Los fines de semana, el Mercado Greenpoint Terminal cobra vida con diseñadores locales y eventos al aire libre, ofreciendo una de las mejores vistas del skyline de Manhattan. Al atardecer, Cecily's invita a descubrir vinos de todo el mundo mientras se degustan ostras frescas, culminando un día perfecto en este rincón de Brooklyn que no deja de reinventarse.

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