Guaymallén

Eran trabajadores del basural Puente de Hierro y ahora integran cooperativas de recicladores urbanos

Se trata de 160 personas, en su mayoría mujeres, que pasaron de la precariedad del vertedero a un trabajo con seguridad y capacitación

Durante años, familias enteras vivieron de lo que podían recolectar en el basural a cielo abierto de Puente de Hierro, en Guaymallén. Entre residuos y sin protección, muchas personas, en su mayoría mujeres jefas de hogar, pero también abuelos, hijos y nietos separaban materiales reciclables para sobrevivir. Esa realidad cambió a partir del cierre del vertedero, en junio, y la puesta en marcha de un programa que les abre un nuevo horizonte.

Actualmente, 160 personas se capacitan para integrar cooperativas de recicladores urbanos. Trabajarán en una planta equipada con cintas de clasificación, enfardadoras y camiones, con ropa y calzado de seguridad. Además, participan en cursos para comunicarse con los vecinos y promover la separación de residuos en los hogares, con el objetivo de construir una red de reciclaje inclusivo.

Diario UNO dialogó con el subdirector de Gestión Ambiental del municipio, Jorge Rumbo, quien explicó en qué consiste la capacitación y cómo estas personas están trabajando para cambiar su realidad.

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Más de la mitad de las personas que se capacitan para hacer reciclaje urbano son mujeres que mantienen a sus familias.

Más de la mitad de las personas que se capacitan para hacer reciclaje urbano son mujeres que mantienen a sus familias.

Del basural a la planta de reciclaje

El programa apunta a aprovechar la experiencia previa de quienes trabajaban en Puente de Hierro, pero incorporándolos a un sistema formal. Allí, la separación y tratamiento de los materiales reciclables se realiza bajo normas de seguridad, con infraestructura adecuada y sin riesgos para la salud.

La incorporación se realiza en dos etapas: un primer grupo comenzó a trabajar y hacer prácticas en el Centro Verde de Guaymallén apenas se cerró el basural, mientras que un segundo grupo fue contactado casa por casa en los barrios cercanos para sumarse.

Cooperativas para un trabajo digno y sustentable

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La capacitación consiste en el trabajo en la planta de reciclaje, pero también en algunos tips comunicacionales para conversar con los vecinos acerca de la importancia de separar los residuos

La capacitación consiste en el trabajo en la planta de reciclaje, pero también en algunos tips comunicacionales para conversar con los vecinos acerca de la importancia de separar los residuos

La meta es que estas personas no sean empleados municipales, sino que se organicen en cooperativas como Grilli y Aguaribay, que ya operan en la zona. De esta manera, podrán comercializar directamente el material producto del reciclaje, obtener mejores precios y decidir en asamblea cómo distribuir las ganancias.

Trabajar de manera colectiva también les permitirá acceder a seguros, mutuales y otros beneficios. “En conjunto tienen mucha más fuerza y mejores condiciones que si los trabajadores lo hicieran en forma individual”, destacó Rumbo.

Más allá del reciclaje, una transformación de vida

Más de la mitad de las personas que se suman son mujeres, y muchas provienen de familias que llevan generaciones trabajando en algún basural, de donde obtienen su sustento y el de sus hijos. El programa incluye apoyo para que terminen la escuela, accedan a atención médica y, en el caso de los adultos mayores o personas con discapacidad, gestionen pensiones.

Para Rumbo, el cambio para estos trabajadores no es solo laboral: “Estamos consiguiendo que les cambie la realidad a personas que nunca tuvieron atención de las instituciones”. La iniciativa también busca sensibilizar a la comunidad: cada vecino que separa residuos en su casa no solo contribuye al cuidado ambiental, sino que ayuda a consolidar empleos dignos para quienes antes trabajaban entre la basura.