Son la otra cara del narcotráfico. Son las víctimas que nacen con bajo peso, con llanto irritable y con una carga que no eligieron. Son bebés que llegan al mundo con drogas en sangre, marcados por el consumo de sus madres durante el embarazo.
Hace unos meses sorprendió el dato sobre el aumento de la tasa de mortalidad infantil en Mendoza: de 5,5 a 7,5 fallecimientos cada 1.000 nacidos vivos. Si bien las causas son múltiples, el consumo durante el embarazo es un factor determinante.
Fuente Reservada, el equipo de investigación de Grupo América Interior, abordó la realidad con madres recientes y otras que ya transitaron el consumo.
Dato alarmante: entre 15 y 20 % de los niños de neonatología presentan drogas en sangre
La directora de Maternidad e Infancias, Natalia Courtis, explicó que entre el 15 y 20 por ciento de los niños que son llevados a neonatología tienen sustancias en sangre, principalmente cocaína, marihuana y benzodiacepinas.
“Que un niño hoy por hoy llegue a una maternidad con tóxico positivo podríamos decir que esa política pública la tendríamos que haber implementado anteriormente. Es una problemática que cada vez la vemos más”, admitió Courtis.
En 2017 la provincia implementó la pesquisa temprana para la detección de drogas en el recién nacido. De esta forma, hay un seguimiento de la salud del niño desde los primeros minutos de vida en los que se detecta el síndrome de abstinencia o incluso cuadros más graves e irreversibles.
“En general la mamá no cuenta en los controles prenatales sobre sus consumos por temor a tener problemas legales, a la estigmatización, a lo que vaya a pasar con el vínculo de su bebé, por si se toma alguna medida de protección o de excepción. Lo importante es que la paciente sepa que el equipo de salud está para ayudarla no para estigmatizarla”, remarcó Natalia Courtis.
La directora de Maternidad e Infancias, Natalia Courtis.
“Temí que me quitaran a mi hija”
En varias recorridas por el Hospital Lagomaggiore, la maternidad más grande de la provincia, pudimos dialogar con algunas madres cuyos bebés dieron tóxico positivo.
Jorgelina tiene 37 años, es madre de otros niños, pero hace cuatro meses tuvo a su beba. Durante el embarazo consumió marihuana, sin advertir los riesgos que podía correr su hija.
“No vi la dimensión del riesgo. Fue difícil al principio y más cuando ella nació. Ahí entendí todo el riesgo que mi hija corrió. Le hicieron muchos estudios como ecografía al corazón, al estómago y gracias a Dios salió todo bien”.
Carina Scandura conversa con Jorgelina (Foto Gentileza Mauricio Arias).
La directora del Hospital Lagomaggiore, Valentina Albornoz, explicó que un niño tóxico positivo en general está entre siete y diez días en neonatología dependiendo de la sustancia que presente y el cuadro clínico.
“Hay una presencia muy fuerte de trabajo social, de salud mental y organismos protectores de derechos que acuden al hospital. Siempre necesitamos que nos asesoren y evalúen si hace falta alguna medida con la familia para proteger al bebé. Siempre una situación de consumo expone vulnerabilidad de la propia madre como del círculo que la rodea”, explicó la doctora Albornoz
El protocolo que siguen en los hospitales es que cuando un niño nace tóxico positivo, o ingresa un niño más grande porque su madre le pasó las drogas en la lactancia, la primera intervención la toman los equipos de Salud e inmediatamente dan intervención al ETI (Equipo Técnico Interdisciplinario), que definirá qué adulto asumirá la tarea de cuidado del menor.
Jorgelina, explicó que desde que nació su hija no consume. Y es que del propio hospital Lagomaggiore la derivaron a las oficinas de calle Morón donde atienden a puérperas con consumo.
“Realmente encontré contención y no juzgamiento porque sentía que todo el tiempo me estaban juzgando. Cuando nació me sentía muy mal, muy culpable. Durante 21 días no le pude dar el pecho por el tema que habíamos dado positivo de consumo. Estuve tres meses en el ETI (equipo técnico interdisciplinario), realmente tuve temor de que me quitaran a mi hija”
Durante el 2024 se dictaron 120 medidas de protección para resguardar la integridad del menor. Algunas de esas decisiones implican la custodia a cargo de una institución.
En lo que va del año ya se dictaron 80 resoluciones lo que habla de la vulnerabilidad de la primera infancia.
Un incremento en los casos
A decir de la Directora General de Protección, Belén García, hubo un incremento en relación al año pasado, aunque la estadística es incipiente ya que falta más de un mes para que termine 2025.
Explicó que cuando se toman medidas “lo que se presume es que hubo negligencia, falta de cuidados. Y la adopción de una medida de excepción implica necesariamente el cambio de adulto responsable de los cuidados de ese niño o niña y el cambio de centro de vida probablemente el traslado a otro domicilio”.
La funcionaria explicó que estas medidas excepcionales pueden coordinarse con otra red familiar, con una red comunitaria o el ingreso al sistema de cuidado alternativos de la provincia
—Esta situación de tener una mamá con consumos problemáticos, ¿puede derivar en que el niño sea quitado del seno materno y ya no retorne?, le consultamos
—Sí, dependiendo de la situación y de la evaluación puede culminar con una medida excepcional y finalmente con la solicitud del estado de adoptabilidad de esa niña o niño. Eso dependerá de que exista o no red familiar y que pueda asumir las tareas de cuidado, adultos garantes de derechos y con potencial para desplegar el cuidado parental.
Al año treinta casos de chicos intoxicados con droga van al Notti
En agosto, la provincia anunció un plan integral de abordaje con UNICEF por el aumento de bebés tóxicos positivos.
En el hospital Humberto Notti, atienden unos 30 casos de niños y adolescentes intoxicados y con consumos.
El Director Asistencial, Adolfo Aguirre, explicó que “atendemos pacientes en situación de calle, adolescentes adictos o de abuso de drogas o con síndrome de abstinencia. Algunos están institucionalizados y otros con su familia. De ese número el 20 por ciento corresponde a bebés que son derivados por problemas graves en el nacimiento o por se intoxican a lo largo de los meses”.
Una de las prohibiciones para las madres con consumos problemáticos es la lactancia. Sin embargo, son numerosos los casos que nos referencian en los hospitales de madres, que desconocen esta advertencia -porque les resulta quizá más económico dar la teta que preparar una mamadera- y comienzan la lactancia de sus hijos sin haber dejado las adicciones.
Eli, es madre de un bebé de un mes. La encontramos en los Consultorios para Madres de Alto Riesgo, del Lagomaggiore. Tiene 18 años y durante dos años consumió marihuana.
Carina Scandura conversó con las mamás en el hospital Lagomaggiore (Foto Gentileza Mauricio Arias).
“No le he podido dar de mamar y no sé si él va a tener algún problema a futuro. Me dijeron que sí, que cuando sea grande puede tener alguna dificultad pero ahora no tengo idea”.
—¿Y qué pensás de esta situación?
—Yo me arrepiento de haber consumido. No sabía que le podía hacer mal a él. Me hubiese gustado darle el pecho.
Teresa, es la madre de Eli, y la abuela del varoncito de un mes que tuvo su hija menor. La desazón por la situación que está atravesando la familia se le refleja en la cara.
“A veces se naturaliza algo que no es normal. Siempre supe que ella consumía esos “benditos cigarros”. Los chicos muchas veces creen que no se lastiman y ella ahora vio que sí. Al comienzo es un cachetazo porque uno no se da cuenta hasta que llega a este momento y lo que implica. Ya no es responsabilidad de nosotros como abuelos, hacemos el acompañamiento pero nada más”.
Síntomas y consecuencias para un niño tóxico positivo
Los bebés que nacen con síndrome de abstinencia neonatal presentan irritabilidad, lloran sin consuelo, no duermen, pueden tener convulsiones, fiebre, diarrea y vómitos.
Pero además un niños tóxico positivo puede presentar bajo peso, microcefalia, dismorfias faciales, déficit del lenguaje y atencional y riesgo de muerte súbita.
“Pueden presentar desde problemas psicomotrices hasta retraso mental con mayor predisposición a las adicciones. Pueden tener malformaciones y la tasa de lesiones a nivel del sistema nervioso central es elevada. Y es alto el número de casos de morbimortalidad. Las lesiones que tengan van a persistir”, diagnosticó el doctor Aguirre.
“Pueden tener dificultad en la lectura, en la escritura, pueden tener un déficit en su coeficiente intelectual”, explicó la Directora de Maternidad e Infancias.
Como vemos el narcotráfico tiene múltiples caras. La menos visible, que deja secuelas en los recién nacidos, puede ser la que más afecte a las futuras generaciones.







