Sin máquinas perforadoras tradicionales, el Túnel de Fehmarnbelt está transformando la conexión entre Alemania y Dinamarca mediante una innovadora técnica de construcción submarina que promete reducir el tiempo de viaje de 45 a 7 minutos, marcando un hito en la infraestructura europea.
Este nuevo túnel mejorará el tránsito de gran manera.
La obra de ingeniería más ambiciosa de Europa está tomando forma bajo las aguas del Mar Báltico. El Túnel de Fehmarnbelt, que conectará Alemania con Dinamarca, está redefiniendo los límites de la construcción submarina con métodos revolucionarios que prescinden de las tradicionales máquinas perforadoras.
Una hazaña de ingeniería sin precedentes
El proyecto, con una inversión de 7.000 millones de euros, utiliza una técnica innovadora basada en segmentos prefabricados. En lugar de perforar el lecho marino, los ingenieros están construyendo 89 secciones gigantescas en tierra firme, cada una con un peso de 73.500 toneladas y una longitud de 217 metros. Estos segmentos se sumergen posteriormente en el mar con una precisión milimétrica.
El primer segmento ya fue colocado exitosamente a principios de 2024, marcando un hito significativo en esta obra que se extiende por 18 kilómetros bajo el Mar Báltico. El túnel se sitúa a 40 metros bajo el nivel del mar y albergará tanto una autopista de cuatro carriles como una vía férrea de doble sentido. Si quieres conocer más sobre esta increíble construcción, visita la página oficial.
Un puente hacia el futuro de Europa
La conexión de túnel entre Puttgarden, en la isla alemana de Fehmarn, y Rødby, en la isla danesa de Lolland, transformará radicalmente el transporte en la región. El trayecto que actualmente requiere 45 minutos en ferry se reducirá a solo 7 minutos en tren o 10 minutos en automóvil. El impacto se extenderá más allá, reduciendo el viaje entre Copenhague y Hamburgo de 4,5 a 2,5 horas.
El proyecto, programado para completarse en 2029, incorpora consideraciones ambientales fundamentales. Los ingenieros han implementado medidas especiales para proteger el ecosistema del Mar Báltico, incluyendo sistemas de reducción de ruido durante la construcción y tecnologías sostenibles como iluminación y ventilación de bajo consumo energético.
Esta megaobra representa más que una proeza técnica; simboliza la unidad europea y el compromiso con la innovación sostenible. El túnel no solo fortalecerá el comercio y la logística entre ambos países, sino que también ofrecerá una alternativa más ecológica a los vuelos de corta distancia, consolidando el papel de Europa en la infraestructura del futuro.