Visita a un bandido rural

El rancho de Vairoleto en General Alvear recobra vida y completa un circuito de turismo cultural

General Alvear inauguró una réplica de la vivienda de Juan Bautista Vairoleto y consolidó un circuito turístico que revive mito, historia y cultura por igual

El olor a tierra fértil se abre paso entre el silencio del sur mendocino y, de pronto, la historia se detiene. En Carmensa el tiempo vuelve a los años en que un hombre vivía oculto, cultivaba la tierra y esquivaba un destino que lo perseguía. Ese pasado, mitad real y mitad leyenda, sumó ahora un capítulo: General Alvear inauguró la réplica del rancho donde Juan Bautista Vairoleto vivió la última mitad de su vida, y se completó así un circuito para el turismo dedicado al bandido rural más célebre del país.

La vivienda fue emplazada junto al Museo Municipal Juan Bautista Vairoleto, inaugurado el año pasado, y forma parte de una propuesta cultural y turística que busca poner en valor uno de los relatos más potentes de la identidad alvearense y, claro está, argentina.

“La réplica del rancho ya está instalada junto al museo, después de un proceso de trabajo sostenido entre Cultura y Turismo junto a entidades privadas. Es un proyecto largamente planificado que hoy pasa a formar parte del patrimonio local”, destacó durante el acto la directora de Cultura, María Delia Achetoni.

Réplica del rancho o vivienda de Juan Bautista Vairoleto en Carmensa, General Alvear - Circuito turístico patrimonial
En la réplica del rancho se observan muñecos diseñados a escala que representan a Vairoleto, su mujer y sus dos hijas.

En la réplica del rancho se observan muñecos diseñados a escala que representan a Vairoleto, su mujer y sus dos hijas.

La iniciativa no surgió de un día para el otro. Según explicó el director de Turismo, Gustavo García, se trata de un anhelo que llevaba más de dos décadas. “Era un proyecto de hace 25 años que no se podía concretar. Hoy se logra gracias a una decisión política y al trabajo conjunto entre el sector privado y la Cámara de Turismo”, señaló a Diario UNO.

La réplica de la casa fue construida buscando fidelidad con la vivienda original y recrea el interior con objetos cotidianos de época y figuras que representan al gaucho Vairoleto, su mujer Telma Ceballos y sus dos hijas Elsa y Juana.

Del hombre perseguido al mito popular

El impacto no es solo simbólico. “El mes pasado el museo Vairoleto recibió alrededor de 2.200 visitantes. Estos números muestran la importancia de seguir invirtiendo en propuestas que fortalezcan el turismo y generen mayor permanencia en General Alvear”, subrayó García.

Pero para comprender por qué un rancho puede convocar la visita de miles de personas, hay que volver el reloj atrás.

Juan Bautista Vairoleto nació en 1894, en Santa Fe, hijo de inmigrantes italianos. Creció en una Argentina rural marcada por la desigualdad, las luchas de los peones y el poder de los grandes terratenientes. Vivió de cerca la conflictividad social de principios del siglo XX y esa rebeldía lo acompañó siempre.

Museo Municipal Juan Bautista Vairoleto en Carmensa, General Alvear - circuito turístico patrimonial
Hace poco más de un año inauguró el Museo Municipal Juan Bautista Vairoleto y sólo el mes pasado lo visitaron más de 2.000 turistas.

Hace poco más de un año inauguró el Museo Municipal Juan Bautista Vairoleto y sólo el mes pasado lo visitaron más de 2.000 turistas.

Perseguido por la policía y conocido bajo distintos nombres -Vairoleto, Bairoletto, José Ortega, Francisco Bravo- se convirtió en un personaje escurridizo, difícil de atrapar y fácil de mitificar. “Era considerado el Robin Hood de la pampa argentina porque enfrentaba a los grandes terratenientes y a los abusos de la oligarquía agropastoril. Se dice que ayudaba con comida, herramientas o caballos a las familias humildes que lo protegían”, explicó el historiador Sergio Sendra, responsable del museo alvearense.

Tras años de fuga por La Pampa, San Luis y Buenos Aires, Vairoleto eligió General Alvear en Mendoza como refugio final. En San Pedro del Atuel, conocido como Carmensa, intentó rehacer su vida como agricultor.

General Alvear abre al turismo su máxima leyenda

Allí, en ese mismo lugar ubicado el la zona de La Toma de Carmensa, a unos 20 kilómetros al sur del centro de General Alvear por Ruta Nacional 143, lo encontró el final en 1941, cuando fue rodeado por la policía pampeana y decidió quitarse la vida antes de ser capturado. Su velatorio reunió a unas seis mil personas y selló definitivamente el nacimiento del mito.

Hoy, más de 80 años después, ese mito se transforma en recorrido. “No solo inauguramos la réplica a escala de la vivienda de Vairoleto sino también un circuito turístico patrimonial que permitirá recorrer distintos puntos de General Alvear donde transcurrieron hechos clave de su vida”, anunció Sendra.

Museo Municipal Juan Bautista Vairoleto en Carmensa, General Alvear - circuito turístico patrimonial
El museo dedicado a la vida y obra de Vairoleto tiene una maqueta que recrea la emboscada de la policía para capturarlo en 1941 en su casa en Carmensa.

El museo dedicado a la vida y obra de Vairoleto tiene una maqueta que recrea la emboscada de la policía para capturarlo en 1941 en su casa en Carmensa.

El director de Turismo destacó: "Esto tiene que ver con el desarrollo de General Alvear como capital provincial del turismo histórico y cultural. Somos el departamento con la mayor cantidad de museos y espacios patrimoniales e históricos de la provincia".

Pasos de uno de los bandidos rurales más célebres del país

El circuito turístico patrimonial incluye cinco postas como el antiguo almacén donde se produjo un tiroteo. "Era el almacén de Don Luis Hugón, un inmigrante francés que se había establecido en la zona de Compuertas Negras y con su mujer tuvieron un enfrentamiento a tiros con Juan Bautista Vairoleto y el gringo Schmidt, su compañero", comentó el historiador Sendra.

También el recorrido abarca el lugar de su velatorio, en la esquina de Paso de los Andes y Patricias Mendocinas, en el centro de General Alvear. Y el puente del río Atuel, donde una noche Vairoleto se encontró con el comisario José Félix Porta para pedirle "una especie de amnistía por parte de la policía local y así poder desarrollar su vida familiar aquí sin sobresaltos", completó.

El cementerio donde descansan sus restos y cuya tumba es visitada anualmente por miles de devotos de Vairoleto también forma parte del circuito de turismo patrimonial y cultural que ahora se completa con el sitio exacto en Carmensa donde vivió y murió uno de los bandidos rurales más famosos del país.

Circuito turístico patrimonial sobre la figura de Juan Bautista Vairoleto en Carmensa, General Alvear
El lugar donde Vairoleto tuvo un enfrentamiento armado con un inmigrante francés forma parte del circuito de turismo.

El lugar donde Vairoleto tuvo un enfrentamiento armado con un inmigrante francés forma parte del circuito de turismo.

El director del Museo Municipal Juan Bautista Vairoleto, sitio que sólo en noviembre pasado recibió 2.200 visitas, argumentó que para diseñar las postas del circuito se basaron "primero en los relatos orales de muchísimas personas que conocieron a Vairoleto, que sabían de estos eventos".

También sirvieron los registros policiales de la época en General Alvear y diferentes investigaciones que sobre la figura del bandido rural hicieron escritores como Hugo Chumbita de Buenos Aires o Néstor Rubiano de La Pampa. "Quedan algunos momentos que se irán uniendo con el paso del tiempo a este circuito", anticipó Sendra.

Una figura que sigue viva y convoca multitudes

Para el presidente de la Cámara de Turismo de General Alvear, Ricardo Bistolfi, la propuesta es el resultado de un trabajo sostenido. “Estas acciones muestran los resultados de una gestión coordinada entre lo público y lo privado y aportan al desarrollo turístico de Carmensa y de todo el departamento”, afirmó ante los medios locales el día de apertura de la réplica de la vivienda de Vairoleto.

Así, entre historia oral, documentos policiales y memoria popular, el rancho del bandido rural Juan Bautista Vairoleto volvió a levantarse.

Ya no como escondite sino como una puerta abierta a un pasado que aún interpela y atrae, y que hoy encuentra en el turismo histórico y cultural una nueva forma de permanecer.