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El pueblo medieval de Guadalajara que es el orgullo de todo el país

Sigüenza, un pueblo que va más allá de su pasado, combina patrimonio, gastronomía y un espíritu curioso que lo posiciona en el mapa de su país

Sigüenza es, desde hace años, sinónimo de una escapada medieval. Este pueblo no solo vive de su pasado; se transformó en un destino ambicioso que junta un patrimonio indiscutible con una gastronomía de primer nivel. De hecho, tiene dos restaurantes con estrella Michelin en su territorio, lo que demuestra su espíritu inconformista y curioso. Estas son las claves para visitar uno de los tesoros de Guadalajara.

La mejor forma de conocer Sigüenza es a través de su imponente castillo. La fortaleza es lo primero que se ve al llegar y te avisa que estás en un lugar diferente. Su magnetismo es innegable. Antes intimidaba a los visitantes, pero ahora es una referencia para quien busca una dosis de historia medieval. Si de lejos el edificio sorprende, de cerca es una auténtica delicia para la vista.

Un castillo con historia

El castillo se levantó en el siglo XII y representa el poder militar cristiano después de la reconquista de 1124. También nos recuerda que desde la época romana ya existía un edificio defensivo en este sitio. Durante la dominación musulmana se construyó una alcazaba en el cerro, de la cual no quedan restos, pero se sabe que existió. Todo lo que se ve hoy en este baluarte es posterior, y destaca la preciosa barbacana, construida por orden del Cardenal Mendoza hace más de quinientos años en este pueblo.

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Las estructuras de este pueblo están en pié desde la Edad Media.

Las estructuras de este pueblo están en pié desde la Edad Media.

Atravesar sus defensas y llegar al patio es una experiencia única. Es una síntesis de la arquitectura castellana con su pozo central, sus soportales y sus balcones de madera. Aunque hoy es un Parador Nacional, sus salones todavía cuentan las historias de nobles y reyes que pasaron por aquí. El episodio más famoso fue el encierro de Doña Blanca de Castilla, repudiada por el rey Pedro I, quien estuvo recluida cuatro años entre estos muros, convirtiendo este lugar de Guadalajara en parte fundamental de la historia de España.

La figura de Doña Blanca le da nombre al salón más señorial del complejo. También a un coqueto cuarto que sobresale en el muro exterior, donde la leyenda dice que estuvo la monarca. Sin embargo, los elementos decorativos no son de la época en que vivió, por lo que es más un mito que una realidad. La capilla del castillo, hoy sin uso religioso, completa el recorrido por los rincones con más solera de esta imponente mole de piedra a la que los años le sientan muy bien. Este pueblo es una joya medieval.

Recorridos, portales y sorpresas en un pueblo mágico

Zigzaguear por la parte alta de Sigüenza también te muestra sorpresas medievales menos religiosas. Por ejemplo, la muralla occidental, que se extiende por la actual calle Valencia, y los portales que antes abrían el perímetro y que hoy se conservan como auténticas reliquias. Entre ellos destaca el fotogénico Portal Mayor y la Puerta del Hierro, a la que el tiempo fue desgastando sin quitarle presencia. No muy lejos se encuentra la Plazuela de la Cárcel, una plaza inesperada donde se improvisan terrazas en sus soportales, generando un ambiente muy animado en los días de sol, un punto de encuentro en Guadalajara.

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Los atractivos turísticos de Sigüenza atraen a visitantes de toda España.

Los atractivos turísticos de Sigüenza atraen a visitantes de toda España.

Más señorial es la plaza sin nombre a la que da la casa del Doncel. Este edificio del siglo XV es un raro ejemplo de arquitectura gótica civil con una fachada que es un elogio a este estilo. Dentro hay un museo que sirve de excusa para recorrer su interior laberíntico y encontrar curiosas decoraciones mudéjares, que incluso hacen pensar que aquí hubo un espacio de oración musulmán. Pero más allá de las suposiciones, este lugar regala unas vistas imprescindibles: las de las dos torres gemelas de la catedral de Santa María de Sigüenza, un ícono de este pueblo de España.

Aquí destaca su bello claustro, donde a los arabescos góticos se le suma una rejería excepcional que adorna este oasis de silencio. También su sacristía mayor, conocida como la de "las cabezas" por la decoración de los casetones en la que están esculpidos los rostros de más de 300 personajes del siglo XVI, cuando se construyó este anexo plateresco a la girola de este magnífico pueblo.

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