Durante siglos, el traslado de las gigantescas estatuas de piedra en la isla de Pascua fue uno de los misterios más grandes de la arqueología. Nadie entendía cómo una sociedad antigua, sin grúas ni animales de tiro, pudo mover moles de hasta 80 toneladas. Un reciente descubrimiento científico finalmente trae una respuesta clara a esa pregunta.

Los habitantes de Rapa Nui tallaron casi mil de estas figuras entre los siglos XIII y XVI. Estos monumentos representaban a sus antepasados y eran un símbolo de poder. Durante años, la arqueología propuso teorías que incluían el uso de troncos o trineos, pero la evidencia nunca encajó del todo con esas ideas.

Un descubrimiento gracias a la física

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El descubrimiento permitió descifrar cómo fueron movidas estas enormes piedras.

El descubrimiento permitió descifrar cómo fueron movidas estas enormes piedras.

Un equipo de investigadores, liderado por los arqueólogos Carl Lipo y Terry Hunt, analizó las estatuas con escaneos 3D de alta resolución. Este descubrimiento fue clave, ya que identificaron dos rasgos de diseño fundamentales en los moáis: una base con forma de letra "D" y una leve inclinación hacia adelante. Estas características no eran casuales, pues permitían que la estatua se balanceara hacia el frente.

Para probar su hipótesis, construyeron una réplica a escala real de 4.35 toneladas. Sorprendentemente, apenas 18 personas con tres cuerdas lograron moverla 100 metros en tan solo 40 minutos. La estatua avanzaba lentamente, balanceándose de un lado a otro, como si caminara. Este avance de la arqueología moderna cambió todo.

El método era elegante. Ataban cuerdas alrededor de la cabeza de la estatua y dos grupos de personas tiraban de ellas de forma alternada. Este movimiento rítmico generaba un balanceo que hacía que el moái se inclinara y girara un poco hacia adelante con cada tirón. Así, paso a paso, el gigante "caminaba" por la isla.

Las excavaciones arqueológicas en la isla de Pascua mostraron que los antiguos caminos tenían una forma cóncava. Esta curvatura sutil ayudaba a estabilizar las estatuas mientras se balanceaban, evitando que se cayeran hacia los costados. Eran rutas diseñadas específicamente para este ingenioso sistema de transporte.

La ciencia confirma las leyendas

estatua

Las tradiciones orales del pueblo Rapa Nui siempre hablaron de estatuas que "caminaban" por sí solas hasta su destino final. Durante mucho tiempo, los expertos consideraron estas historias como simples mitos. Ahora, este descubrimiento científico sugiere que esas leyendas describían un hecho real.

Esta nueva perspectiva honra la inteligencia de los antiguos habitantes de la isla. En lugar de verlos como una sociedad que agotó sus recursos, la arqueología los presenta como ingenieros innovadores que supieron aprovechar al máximo la física y el equilibrio para lograr hazañas monumentales.

Mucha gente cree que los moáis son solo cabezas gigantes, pero la realidad es otra. La mayoría tiene cuerpos completos que quedaron enterrados con el paso del tiempo. Cada detalle de la isla de Pascua ahora cuenta una historia de cooperación y conocimiento, en lugar de un misterio sin resolver.