En la Segunda Guerra Mundial, los científicos aliados probaron de todo para frenar el avance nazi. Sin embargo, ninguna idea fue tan excéntrica y sorprendentemente funcional como la del psicólogo B.F. Skinner: entrenar palomas para guiar misiles de guerra hacia sus objetivos.
Se sabe que el gobierno estadounidense explora cualquier idea que le brinde una ventaja táctica en tiempos de guerra. Algunas de estas ideas son muy originales y una de ellas es el "Proyecto Paloma".
El día en que palomas guiaron un misil: el insólito plan para ganar la guerra con aves suicidas
En 1940, mientras la aviación alemana asolaba Europa, el psicólogo experimental Burrhus Frederic Skinner tuvo una epifanía. Conocido por sus estudios sobre el comportamiento humano y animal, Skinner estaba convencido de que podía aplicar el condicionamiento operante para resolver el mayor problema militar de la época, que era la falta de precisión en los bombardeos.
Pues no es casualidad que estas bombas eran llamadas "estúpidas" porque no había forma de controlarlas una vez lanzadas. Un viento fuerte podía alterar la trayectoria de la bomba, o el piloto podía haber tenido mala puntería. Así nació el Proyecto Paloma (Project Pigeon), una iniciativa que buscaba crear el primer "misil guiado" de la historia, utilizando el cerebro de un ave como sistema de navegación.
El diseño era tan ingenioso como aterrador. El misil (un planeador llamado Pelican) contaba con una nariz equipada con tres lentes que proyectaban la imagen del objetivo en una pantalla interna.
Skinner colocaba a las palomas en una caja donde debían picotear un punto específico para recibir comida. Dentro del misil, la paloma veía la imagen del barco o edificio objetivo. Si el objetivo se movía hacia un lado de la pantalla, la paloma lo picoteaba para mantenerlo en el centro. Estos picotazos accionaban cables mecánicos que movían las aletas del misil, corrigiendo su trayectoria.
A pesar de que las pruebas demostraron que las palomas eran increíblemente precisas y no se distraían con el ruido de las explosiones, el proyecto fue cancelado en 1944 porque se consideraba una idea "ridícula" y poco digna de una potencia moderna.
El desarrollo del radar y sistemas de guiado electrónico hacían que el uso de animales pareciera obsoleto y aunque en la época no era la prioridad, el uso de animales como "pilotos suicidas" generaba incomodidad en algunos sectores científicos.






