No cabe ninguna duda de que el melón es una de las grandes estrellas de la primavera y verano junto a la sandía. Esta deliciosa fruta se consume en grandes cantidades en esta época, que va desde septiembre y abril.
Lo que suele ser difícil es encontrar un buen melón que esté rico, que no esté verde ni tampoco pasado.
Hay muchas técnicas que se pueden aplicar para saber cómo un melón está en su punto junto, ese que tiene una textura firme, dulce, jugosa y perfumada.
Por lo general, es el vendedor el que termina definiendo el melón que se lleva la gente, apelando a su experiencia. Pero no está demás conocer cómo elegir bien un melón, para garantizar el mejor sabor y llevar a casa una fruta de primera calidad.
Estas son algunas de las pistas que siempre hay que tener presente para elegir un melón exquisito y saborear a cualquier hora del día.
Fruta dulce y a punto: cómo elegir el mejor melón
El melón, que a diferencia de la sandía no se cala para probar si está bueno sin acudir a la intuición, puede ser una caja de sorpresas cuando una persona lo abre.
Es por eso que no está demás conocer cómo darse cuenta si un melón está realmente bueno, apoyados por la vista, el tacto y el olfato:
- Oler la parte del tallo del melón, donde fue cortado. Si este presenta olor a la misma fruta, es señal de que está maduro y a punto.
- Si el tallo del melón no arroba ningún olor, no se recomienda elegir esa fruta y hay que dejarla de lado.
- Tocar el melón con los dedos en las puntas. Si está blando, está a punto.
- El melon maduro tiene un brillo especial. Al darle una caricia, se siente la humedad que desprende en la yema.
- Un melón que tiene la piel firme y de color intenso, es señal de una fruta madura.
- Un melón está a punto y listo para ser consumido si, al agitar la fruta, se siente alguna semilla desprendida y rebotando en el interior.
- En la verdulería, elegir los melones que están en la parte superior de los cajones o los apilados en el suelo. Los de abajo suelen estar más golpeados o machucados que los de arriba.






