Los expertos en arqueología señalan que este asentamiento fue destruido violentamente por el fuego durante la guerra romano-bosfórica de los años 42–49 d.C., un conflicto que enfrentó a las tropas romanas con las fuerzas leales al rebelde rey Mitrídates III del Ponto.
Pero regresando al descubrimiento, hay que decir que este grafiti se encontró bajo una gran losa de piedra, posiblemente oculto intencionalmente. Las letras conservadas (o sus posibles reconstrucciones) incluyen ΜΝ ΑΡΓΟΤ / ΜN APOΤ / ΜΝ ΑΡTOT / ΜΝ ΑΡΙΟΤ, siendo ΜΝ ΑΡΓΟΤ la principal candidata.
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Además del grafiti, los especialistas encontraron un caballo sacrificado.
La lectura y el significado preciso del descubrimiento aún no se han determinado, y ahora corresponde a epigrafistas expertos determinar si se trata de un nombre personal, una dedicatoria, una invocación o algo más críptico.
Para situar una época, los expertos en arqueología estiman que el grafiti se realizó entre los siglos I y III d.C., posiblemente después del incendio que destruyó el asentamiento en el 45 d.C.
Además del grafiti, se encontró un caballo sacrificado
El grafiti no fue el único hallazgo en esa zona del templo. En una fosa cercana, los arqueólogos descubrieron los restos de un joven caballo sacrificado. Las patas habían sido separadas y algunas partes de su cuerpo consumidas, preferentemente, en forma de ritual.
Este nuevo grafiti en el yeso de un templo es poco común, a partir de ahora será trabajo de los especialistas darle un sentido al descubrimiento del mismo.