Esta teoría, propuesta hace tres décadas, sugería que los mineros de oro escitas en Asia Central habrían encontrado estos fósiles, dando origen a la leyenda de un animal voladores. Algo similar ocurre con los dragones, ya que la explicación de su origen también está ligada a dósiles de dinosaurios.
El descubrimiento que niega la leyenda
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El descubrimiento contradice el origen de la leyenda.
Sin embargo, un equipo de paleontólogos liderado por Mark Witton y Richard Hing realizó un análisis exhaustivo que desafía esta hipótesis. Su investigación revela varias inconsistencias que ponen en duda la conexión entre grifos y dinosaurios.
En primer lugar, no se encontraron fósiles de protoceratops cerca de yacimientos de oro, lo que contradice la supuesta conexión con los mineros. Además, la cronología no coincide, ya que las representaciones de grifos en el Mediterráneo preceden por siglos a cualquier posible descubrimiento de dinosaurios en Asia Central.
Por último, los investigadores señalan que los grifos y los dinosaurios como el protoceratops comparten pocas características más allá de tener cuatro extremidades y un pico.
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Por ahora, sin nuevas teorías
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Los fósiles no son la explicación del origen de todas las bestias mitológicas.
Este estudio subraya la importancia de basar las teorías paleontológicas en evidencia sólida. Witton enfatiza: "No todos los seres mitológicos requieren explicaciones basadas en fósiles".
"Todo sobre los orígenes de los grifos es consistente con su interpretación tradicional como bestias imaginarias, así como su apariencia se explica enteramente por ser quimeras de grandes felinos y aves rapaces", explica el científico.
Los investigadores sugieren que los grifos son, probablemente, creaciones puramente imaginarias. La representación más antigua conocida data del 3000 a.C. en Mesopotamia, mucho antes de cualquier descubrimiento paleontológico documentado.