Biodiversidad

El animal que vive en Chile y Argentina, pero se va de vacaciones a Brasil en verano

Se trata de una especial animal que cualquier pensaría que ama las zonas frías, pero también le gustan las playas cálidas y recorrer 3 mil kilómetros por ello

Vivir casi todo el año en Argentina o en Chile. Esperar el verano para irse de vacaciones a mejores playas, como las de Brasil. Esta puede ser la historia de cualquier persona promedio, pero en realidad se trata de la rutina que hace año tras año un animal.

Es que si bien durante casi todos los meses prefiere estar en el sur de ambos países divididos por la cordillera de los Andes, aprovecha una estación especial para descansar en el calor de las playas brasileras. Y eso lo convierte en una especie animal bastante inusual.

En Punta Tombo. En esta reserva comenzaron a llegar los pingüinos.
El animal tiene una de sus sedes en Chubut.

El animal tiene una de sus sedes en Chubut.

El animal que vacaciona en Brasil

Estamos hablando, aunque no se crea, del pingüino de Magallanes. Este animal habita las costas de Chile y Argentina, destacándose por su adaptabilidad, su comportamiento social único y su sorprendente viaje migratorio anual a tierras nunca pensadas.

En Argentina, una de las colonias más famosas de este animal está en Punta Tombo, Chubut, donde miles de ejemplares anidan cada año. En Chile, por su parte, se le encuentra en lugares como la Isla Magdalena en el estrecho de Magallanes y las islas de Chiloé.

Amenazados. El cambio climático pone en jaque la supervivencia de los pingüinos.
El pingüino, un animal amante del frío pero también del calor.

El pingüino, un animal amante del frío pero también del calor.

Pero lo que hace al pingüino de Magallanes particularmente especial es su extraordinaria migración que no tienen otras especies similares. Cada año, tras la temporada de reproducción, estos animales emprenden un viaje de miles de kilómetros hacia el norte, llegando incluso hasta las costas de Brasil y Uruguay en busca de aguas más cálidas y alimento abundante, como sardinas y calamares.

Este desplazamiento, que puede superar los 3 mil kilómetros, es guiado por un instinto notable y su capacidad para nadar a velocidades de hasta 24 kilómetros por hora. A diferencia de otras especies de animales que permanecen en regiones frías todo el año, el de Magallanes combina la vida en climas duros con una migración tropical, un rasgo poco común entre sus parientes.

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