"Creo que todos los médicos deberíamos ser más humildes en ese aspecto y reconocer que la medicina es muy amplia como para que unos pocos sean los que deciden sobre la vida de los demás", agregó luego.
Respecto a el producto en sí que se quiere usar para el tratamiento del coronavirus en la mujer internada, el médico explicó: "El dióxido de cloro agrega oxígeno. Es una substancia oxigenante -un gas disuelto en agua- que cambia el PH de la zona ácida de la lesión, la zona afectada e inflamada, para que el organismo pueda reparar el tejido lo antes posible y combatir los gérmenes. Es inocuo a las dosis que estamos acostumbrados a usar, y que es la que podríamos usar en pacientes internados".
"No cambia el PH sanguíneo, como se argumenta y lo puedo demostrar, ya que me puedo tomar medio litro, y que luego me saquen sangre y vean si me cambió el PH; delante de las cámaras lo hago, si quieren. El funcionario dice que es venenoso porque tiene cloro, ¡el agua que tomamos tiene cloro, la sal que comemos tiene cloro", expuso Gettor.
Luego agregó: "Yo tomo el dióxido de cloro como algo preventivo, y es más, le dije a la jueza que le administráramos a la esposa de Ariel Linardelli, que le apliquemos las dosis que tomo yo, y no quisieron, se negaron".
Sobre los argumentos que exponen las autoridades sanitarias, para negar uso terapéutico del dióxido de cloro, se pone como ejemplo el niño de cinco años muerto en Plottier, el 15 de agosto pasado, a lo que Gettor contesta: "El caso del niño muerto en Neuquén es mentira que murió por tomar dióxido de cloro. El nene tenía una enfermedad terminal, y encima la madre se lo dio un día antes de que muriera, sin consultar al médico, sin protocolos médicos. Yo vi el video del médico que le hizo la autopsia, y este médico dijo que de ninguna manera el niño murió por tomar dióxido de cloro", sentenció.
Para cerrar, José Luis Gettor dijo: "Sólo espero que las autoridades sean sensatas y entiendan que no se le puede negar a un esposo hacer todo lo posible para salvar a su mujer. Ojalá que Dios los ilumine y reviertan su obstinada y ridícula postura", concluyó el médico.