Las 56 horas que han transcurrido desde que Bomberos y Defensa Civil lograron apagar el fuego que se desató durante la madrugada del domingo en Las Vegas, Potrerillos y El Salto, no han logrado desvanecer por completo el olor a madera quemada que aún se mantiene en el valle ni mejorar el estado de desolación que muestran las caras de los lugareños.

La comunidad aún se encuentra consternada por lo ocurrido pero solidaria y colaboran con quienes ya no tienen nada. Es que, si bien estas villas tienen un enorme atractivo turístico, no son pocas las familias que viven y trabajan allí y, debido al fuego lo perdieron todo.

Las ayudas continúan llegando pero el abrigo y la ropa ya no son necesarias. Son otros los problemas que aquejan a los vecinos, los animales que han quedado vivos ya no tienen qué comer y las familias no tienen dónde dormir, sentarse o cocinar ya que sus viviendas quedaron reducidas a cenizas.

Piden no enviar más ropa, pero sí materiales de construcción.

Desde la ruta 82 se ven los destrozos a medida que se avanza hacia Valle de Sol. Primero se hacen visibles los del Zonda: techos, ramas, chapas que aún no han podido ser levantadas por la Municipalidad o los propietarios. Después las del incendio, con la ennegrecida ladera de los cerros y algunos restos de lo que, alguna vez, fueron árboles, casas o puestos.

 Embed      
Foto Martìn Pravata
Foto Martìn Pravata
 Embed      
Foto Martìn Pravata
Foto Martìn Pravata
 Embed      
Foto Martìn Pravata
Foto Martìn Pravata

“Estamos trabajando desde el domingo. Hay cuadrillas que se van turnando pero nosotros trabajamos todo el día”, dice uno de los trabajadores municipales apostado en avenida Del Sol, su compañero agrega: “Esa misma noche nos acercamos para ver en qué podíamos ayudar”. Luego siguen trabajando porque “todavía queda mucho” y, efectivamente, con el atardecer ya adentrado continúan sus labores.

Las camionetas de diferentes entidades van y vienen. La posta sanitaria ahora muestra un cartel que indica “asistencia veterinaria”. Andrés Elias, es guardaparques y vecino de Las Vegas, en su casa se están guardando algunas donaciones que son distribuidas a las familias damnificadas. Llega junto a otras 10 personas luego de pasar la tarde en los puestos colindantes al Camino de la Carrera. Hasta allí fueron para asistir a los animales.

 Embed      

“Vimos más o menos unos 20 animales muertos, entre vacas y caballos. El fuego los pasó por encima. Hubo que sacrificar algunos que tenía más del 80% del cuerpo quemado. Pero solo pudimos hacer los puestos más cercanos al camino. Mañana se verá si pueden juntar más animales, es que muchos se asustaron y se han escapado”, señala el hombre.

Es en “La casa de Andy”, un local de artesanías, donde los que quieran colaborar deben acercar las cosas. “Se necesita maíz y fardo de pasto para los animales. Para la gente lo más importante es el mobiliario. Si alguien tiene una cocina vieja, una mesa o sillas, para nosotros en este momento esas cosas son muy necesarias”, comenta el guardaparques, quien también está trabajando desde el domingo cuando el resplandor de las llamas comenzaron a asomarse por las montañas pasada la medianoche.

 Embed      
Foto Martìn Pravata
Foto Martìn Pravata
 Embed      
Foto Martìn Pravata
Foto Martìn Pravata
 Embed      
Foto Martìn Pravata
Foto Martìn Pravata
 Embed      
Foto Martìn Pravata
Foto Martìn Pravata
 Embed      
Foto Martìn Pravata
Foto Martìn Pravata

Señalización y capacitación

"Acá nadie sabía qué hacer o para dónde salir y el fuego estaba por todos lados", dice Valeria una vecina del lugar que se mostró molesta y dolida por lo ocurrido.

"La comunidad se está despertando y pedimos que haya más señalización. Si dicen que es por el fuego de un turista que se ocasionó esto, entonces que se pongan carteles que indiquen que no se puede hacer. Los que vivimos acá nos dimos cuenta que el sábado hacía mucho calor y habían alertas de Zonda. Pero la gente que viene de afuera hace las cosas sin saber", señaló con enojo.

Temas relacionados: