Entre los hallazgos más impresionantes está una gran casa romana (domus) que ocupa más de 700 metros cuadrados. Aunque fue parcialmente desmantelada en la antigüedad, quedan varios segmentos de cimientos hechos con piedra y mortero de cal. La estructura tenía múltiples habitaciones dispuestas alrededor de un patio central, tal como era común en la arquitectura romana de la época.
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El hallazgo se produjo a 40 km de París.
El sótano mejor conservado de esta construcción alcanza una profundidad de 2,2 metros. Tiene paredes de mortero de cal, un conducto de ventilación y nichos incorporados. Para bajar se usaba una escalera de tres tramos, y los arqueólogos encontraron un fragmento de columna romana reutilizado en la estructura.
A unos 40 metros hacia el este apareció un segundo complejo de edificios de aproximadamente 600 metros cuadrados. Aunque está muy alterado por obras modernas de servicios públicos, los investigadores pudieron identificar una habitación excavada y restos de lo que pudo ser una cocina. Allí encontraron una estructura de combustión construida con tejas romanas (tegulae) y conductos de agua de cerámica, elementos que hablan de las actividades domésticas cotidianas en esta ciudad del Imperio Romano.
Vida cotidiana en la antigua Metlosedum
Los espacios abiertos entre los edificios principales revelan cómo funcionaba la vida diaria en esta ciudad romana cercana a París. Los arqueólogos encontraron pozos de almacenamiento, pequeños sótanos sin revestir y ocho pozos antiguos construidos con bloques de piedra caliza sin tallar.
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El descubrimiento también incluyó trincheras de la segunda guerra mundial.
Lo que más llama la atención es que no se encontraron evidencias claras de actividad artesanal o industrial en la zona excavada, lo que sugiere que esta parte de Metlosedum tenía un carácter principalmente residencial.
Por el momento, los arqueólogos no pueden determinar si las estructuras occidental y oriental eran dos residencias separadas o partes de un único complejo que superaría los 2.000 metros cuadrados. Si fuera una sola construcción, estaríamos hablando de una de las casas romanas más grandes encontradas en esta región de Francia.
En una curiosa coincidencia histórica, los arqueólogos también desenterraron trincheras antiaéreas de la Segunda Guerra Mundial, que muestra cómo la historia de Melun se superpone capa tras capa bajo la arqueología urbana moderna.