Los objetos provienen de la región italiana de Liguria. Estas piezas cerámicas llevan patrones geométricos típicos del norte de Italia. Los expertos creen que el barco zarpó cargado de mercancías destinadas a puertos mediterráneos antes de hundirse en las profundidades del océano.
Cien platos amarillos, calderos, un ancla y seis cañones componen el inventario del descubrimiento. La preservación asombra a los expertos: "Como si el tiempo se hubiera congelado", describe Sadania. Basura moderna salpica el sitio, pero esto no disminuye el valor científico del hallazgo.
Francia alberga ahora un museo natural único en las profundidades del océano. Los investigadores crearán una versión digital del barco durante dos años, extrayendo muestras para análisis antes de devolverlas al dominio público. Los robots submarinos permiten documentar cada detalle sin disturbar el estado original del naufragio.
Un descubrimiento que bate récords
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El descubrimiento se realizó a una profundidad que hace algunos años impedía cualquier trabajo arqueológico.
Este descubrimiento supera el récord francés de 2019, cuando encontraron La Minerve a 2.3 kilómetros cerca de Toulon. El submarino se hundió en 1968 con 52 tripulantes a bordo, apenas cuatro minutos después de iniciar una misión rutinaria. Aquella tragedia naval contrasta con el misterio que rodea al barco mercante medieval.
Los robots submarinos guiados desde la superficie permiten explorar estas profundidades extremas donde la presión aplastaría cualquier buzo humano. Francia lidera la exploración de recursos marinos profundos, utilizando tecnología que ocasionalmente tropieza con tesoros arqueológicos inesperados. El océano Mediterráneo oculta miles de naufragios que esperan ser descubiertos, cada uno con su propia historia por contar.