Pandemia

Daniel Rueda y un gesto para pedir la distancia social

El hombre ligado al arte Daniel Rueda, tiene coronavirus, y se le ocurrió poner en uso un gesto para advertir a la gente a que guarden la distancia social

El mendocino, alvearense para más datos, Daniel Rueda es un hombre ligado al mundo del arte es gestor cultural, coordinador del Espacio Cultural Plaza Independencia (ECPI) y director de ArteH Espacio Hipercerámico. Tiene 51 años y ama la vida, tal como ama al arte, como una cosa lógica. Pero hoy está internado por coronavirus en el Hospital Español, con neumonía, y reclama por algo que no tiene nada de lógico: la mucha irresponsabilidad con que la gente se maneja dentro del contexto de pandemia, ignorando mantener la distancia social aconsejada e ignorando los elementos de protección, como el uso de sanitizantes y barbijos. Por experiencia propia y ajena, se le ocurrió usar un gesto, del lenguaje de señas, para que las personas -especialmente las tímidas o que no pueden hablar- frenen a los desaprensivos cuando quieren saludar con besos e ignorar las distancias seguras para evitar contagios.

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"Quiero que la gente siga su vida pero necesitamos más empatía, nos falta mucho como sociedad. Hay confusiones con el "ya tuve", donde la gente que se enfermó ya no contagia, o lo peor: "Yo beso", y te enchufan un beso cuando te saludan. Creo que debemos incentivar a la gente upara que use una señal para frenarlos y que mantengan la distancia", explicó Daniel Rueda, que agregó, también están los que andan por todos lados con el barbijo por debajo de la nariz".

"Se me ocurrió que se podía utilizar un gesto para indicar que se está invadiendo el espacio personal de cada uno. Lo inventé porque una chica me dijo que a ella le daba vergüenza decirle al interlocutor que se alejara, y coincidentemente consulté con una especialista, y en el lenguaje de señas ese gesto significa "tranquilo", y por eso está bueno usarlo", explicó desde su cama de hospital el hombre ligado a las artes plásticas.

"Pienso que es muy útil usar este gesto con la mano, porque no hay que hablar, y cuando con la mano te acaricias el corazón, decís mucho: respétame y te respeto", concluyó Rueda, que lleno de empatía y también con preocupación por la incesante expansión de los contagios de Covid-19, y de cara a una posible segunda ola de la enfermedad, muchas veces mortal.

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