Con el significado que hoy la conocemos, esta frase fue utilizada por primera vez aproximadamente en el siglo XVIII, en el Diccionario de Autoridades de 1729 en España. El libro define al término como una falta sobre la fe del matrimonio. Sin embargo, sigue sin comprenderse qué tiene que ver un cuerno de animal con una infidelidad.
Para descifrar el misterio hay que remontarse en la historia, particularmente a la Edad Media. La hipótesis comenta que en esa época, el Señor Feudal se valía de un derecho otorgado por su posición: el de mantener relaciones sexuales durante la noche de bodas con las esposas de los vasallos o ciervos.
Para no ser interrumpido durante el acto, el Señor Feudal colocaba en la puerta una cabeza de ciervo a modo "no molestar" para que nadie pasara durante lo que hoy sería una extraña costumbre para nada apropiada. Básicamente el Señor Feudal estaba con las recién casadas antes que sus respectivos maridos.
¿Qué significa? Más versiones posibles sobre la historia del refrán
Si nos movemos un poco más atrás en la historia, particularmente a la cultura vikinga, nos encontramos con un significado parecido al anterior. En las aldeas vikingas, los jefes tenían total libertad para acostarse con la mujer que quisieran, casada o soltera. Para que nadie moleste, colocaban en la puerta un casco vikingo como indicador de el acto.
En la actualidad, la frase llena de historia se utiliza para hablar de una infidelidad de pareja. Decir que alguien le puso los cuernos a otra persona es un conjunto de palabras más recurrente y cotidiano de lo que pensabas. Ahora que conoces la historia detrás del dicho y sabes qué significa, vas a pensar en los vikingos, los feudales y todo ello al momento de decirla; o si tienes poca suerte, al momento de que te la digan.