Suspender un evento que ya fue señado y estaba organizado para una día determinado, no es algo que ocurra con frecuencia. En general se puede reprogramar para una futura fecha. El coronavirus cambió todo.

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Por la pandemia, nadie se anima a continuar con la preparación, a futuro, de ninguna reunión de muchas personas. La mayoría de los que reservaron fecha para realizar su fiesta por estas épocas, prefirieron perder la seña que reprogramar. Esto por no poseer coordinadas concretas por parte del Estado sobre el tiempo en el que se extenderá el aislamiento.

Los dueños de salones y empresas de catering, sufren particularmente esta situación, ya que la incertidumbre es fatal para sus negocios.

Así lo describió Fabián Manzur, quien preside la Asociación de Salones de Fiestas de Mendoza, que reúne a unos 500 empresarios del rubro.

La crisis total de los saloneros también fue descrita por Eduardo Antequera y Mauricio Sequeiro, quienes se dedican a la organizadores de eventos.

Reclamos

Manzur explicó que este ramo es muy particular, puesto que vende a futuro. Es decir, las reuniones que se suspendieron en estos dos meses, habían sido cerradas con un año de anticipación.

Hay que tener en cuenta que una fiesta se termina de cancelar 20 días antes de realizarla, no se paga en el momento de la contratación. Por lo tanto, con más del 50% de los eventos cancelados, y con casi nulas reservas para los próximos 6 meses, los saloneros no saben a qué estrategia recurrir.

Hasta el momento, en la asociación que él representa, los saloneros han tenido que cancelar 150 eventos y no saben si van a continuar perdiendo clientes.

"Lo que nosotros sentimos, es que no se nos está ayudando y ya tenemos el año perdido. Los créditos de que otorgan los bancos, apenas alcanzan para pagar los sueldos de un mes. Todas estas empresas tienen gastos fijos millonarios, no solo salariales, sino de alquileres y servicios" "Lo que nosotros sentimos, es que no se nos está ayudando y ya tenemos el año perdido. Los créditos de que otorgan los bancos, apenas alcanzan para pagar los sueldos de un mes. Todas estas empresas tienen gastos fijos millonarios, no solo salariales, sino de alquileres y servicios"

Fabián ManzurPresidente de la Asociación de Salones de Fiestas de Mendoza.

En este sentido, los empresarios del rubro se juntaron para reclamar y están formando una federación de saloneros, que aún no terminan de concretar, pero han avanzado en las conversaciones.

Sobre todo, se han reunido virtualmente con gente del mismo rubro, de la provincia de Córdoba.

Manzur aclaró que harán llegar un petitorio al Gobierno nacional, que ya tiene 5.000 firmas. Por el momento, han concretado sus reclamos en un video.

También expresó una gran preocupación para este ramo: una vez terminado el aislamiento, la gente va a tardar en perder el temor a reunirse en espacios cerrados.

"Sin dudas los espectáculos, eventos sociales y fiestas serán los últimos sectores en acomodarse". "Sin dudas los espectáculos, eventos sociales y fiestas serán los últimos sectores en acomodarse".

Entre algunas ideas que tienen para paliar la crisis, Manzur destacó un proyecto de ley que Alfredo Cornejo ha presentado en el Congreso Nacional. Entre otros aspectos, pide que una vez que los empresarios de eventos vuelvan a trabajar, se les cobre el 50% del impuesto de Sadaic y Adicapif. Este es el mayor costo para los saloneros, ya que consiste en el cobro del 4% de las ganancias de la fiesta, lo mismo que se les exige a los que organizan grandes espectáculos.

La incertidumbre

Para Mauricio Sequeiro, administrador de los eventos en la Bodega del 900, el Casco y los eventos del Centro de Congresos y Exposiciones, lo peor es la incertidumbre.

"Al no saber cuándo podremos volver a trabajar con normalidad, no podemos reprogramar con certeza. A algunos clientes les estamos pasando sus fiestas para después de agosto, pero tentativamente, ya que no hay ninguna definición". "Al no saber cuándo podremos volver a trabajar con normalidad, no podemos reprogramar con certeza. A algunos clientes les estamos pasando sus fiestas para después de agosto, pero tentativamente, ya que no hay ninguna definición".

Mauricio SequeiroOrganizador de eventos

Sequeiro contó que entre los gastos fijos que tienen, deben pagar un contrato de electricidad que es semestral.

Este se conviene con la empresa distribuidora de energía, y se coloca en base a un estimativo de la energía que se va a utilizar. Esto significa que, para la primera parte del año, el monto ya se fijó y se tiene que pagar igual, a pesar de que las empresas no estén funcionando.

Para Eduardo Antequera, dueño del salón Karen y de la empresa de catering del mismo nombre, los clientes deben ponerse en el lugar de los organizadores.

"Muchos clientes se molestan por los cambios, pero creo que es porque no comprenden la gravedad de lo que estamos viviendo, tenemos que ver cómo sobrevivimos a esta crisis". "Muchos clientes se molestan por los cambios, pero creo que es porque no comprenden la gravedad de lo que estamos viviendo, tenemos que ver cómo sobrevivimos a esta crisis".

Eduardo AntequeraDueño de salón y empresa de catering

Antequera, cuyo salón se encuentra en Chacras de Coria, explicó que su última fiesta fue el 14 de marzo, sin fecha de retorno para volver a trabajar.

Hasta el momento debió suspender 17 eventos y va por más.

"No sólo es el salón lo que no se mueve. Tenemos frenada la actividad de un montón de rubros subsidiarios al rubro fiestas, como fotógrafos, realizadores de videos, mozos, decoradores de fiestas, toda gente que no está pudiendo trabajar". "No sólo es el salón lo que no se mueve. Tenemos frenada la actividad de un montón de rubros subsidiarios al rubro fiestas, como fotógrafos, realizadores de videos, mozos, decoradores de fiestas, toda gente que no está pudiendo trabajar".

Puestos de trabajo en peligro

Si bien muchos de los servicios que los saloneros ofrecen son contratados, sí tienen empleados de planta a los que no saben cómo van a sostener.

Sequeiro expresó que dejar cesantes a los empleados no es una opción posible.

"No podemos echar a nuestros empleados, porque es gente realmente capacitada. Aunque los indemnizáramos a todos, no podríamos volver al trabajo sin ellos. Tendríamos que perder seis meses más de tiempo en preparar gente nueva" "No podemos echar a nuestros empleados, porque es gente realmente capacitada. Aunque los indemnizáramos a todos, no podríamos volver al trabajo sin ellos. Tendríamos que perder seis meses más de tiempo en preparar gente nueva"

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