La cuarentena
Ruiz estuvo hasta hace poco en Argentina y así lo explica: "Yo acabo de volver de nuestro país así que estoy de cuarentena. Acá para regresar, hay que cumplir la cuarentena y yo no salgo, veo nevar por la ventana. Nosotros ya sabemos, oficialmente, que hasta abril no va a haber nada abierto al público. La compañía está tratando de que retomemos los ensayos y las funciones sin público pero que se pasan online. Es muy raro para los artistas enfrentar a un teatro vacío y ofrecer una función. El claro que da el público transmite una magia diferente. Lo bueno es que nos pueden ver desde cualquier parte del mundo. Por ejemplo a mí me pudo ver actuar mi familia. Es es el lado positivo".
La adaptación
"Al inicio de la pandemia fue todo muy complejo pero al final resultó productivo encontrar una nueva manera de seguir manteniéndose en forma. No fue fácil adaptarse a estar trabajando 8 horas con una pausa para comer que hacerlo en el living de tu casa. Fue un shock para el cuerpo pero se transformó en una búsqueda interesante de conocer nuevas formas para mantener la motivación", detalla Daiana
Esta última ola nos afectó más. Pero tuvimos el privilegio de que el teatro nos dio el piso que necesitamos para ponerlo en nuestras casas. Sin ese piso, una se patina y es difícil hacer el trabajo en punta. Al teatro podemos ir en grupos muy reducidos, sin tener contacto, lo que es un gran desafío para los coreógrafos. Lo bueno es que podemos usar el estudio para los saltos y los desplazamientos Esta última ola nos afectó más. Pero tuvimos el privilegio de que el teatro nos dio el piso que necesitamos para ponerlo en nuestras casas. Sin ese piso, una se patina y es difícil hacer el trabajo en punta. Al teatro podemos ir en grupos muy reducidos, sin tener contacto, lo que es un gran desafío para los coreógrafos. Lo bueno es que podemos usar el estudio para los saltos y los desplazamientos
Por qué Alemania
Daiana Ruiz recuerda cómo se dio la oportunidad de emigrar de Argentina: "Un maestro del Royal Ballet de Londres llegó a Buenos Aires y me propuso audicionar en Europa. Yo hacía rato que quería experimentar de viajar y abrirme al mundo. Después de esa charla vine a Europa por un mes a tomar clases en diferentes compañías y surgieron varias ofertas de trabajo. Una es la de Stuttgart y cómo yo era muy fan del coreógrafo de la compañía y de los ballets, acepté. Mi plan era venir por dos años y volver al Colón. Me promovieron a segunda solista y decidí quedarme".
"En el Colón trabajábamos un poco menos -compara- y acá hacemos 8 horas y más días, de lunes a sábados. También son muchas más las funciones. En épocas normales, sin Covid, tenemos cerca de 110 y una gira internacional al año más otras giras más pequeñas".
Vivo sola en un departamento. Hacer la cuarentena es duro. No te podés juntar con más de una persona y acá se respetan las reglas. La vida en Alemania me costó un montón al principio. Además Stuttgart es una ciudad más chiquita y tranquila que Buenos Aires. Pero me adapté, entendí cómo funciona todo, me acostumbré al idioma Vivo sola en un departamento. Hacer la cuarentena es duro. No te podés juntar con más de una persona y acá se respetan las reglas. La vida en Alemania me costó un montón al principio. Además Stuttgart es una ciudad más chiquita y tranquila que Buenos Aires. Pero me adapté, entendí cómo funciona todo, me acostumbré al idioma