Pandemia

Cómo vive una mendocina el segundo confinamiento en Alemania

La consagrada bailarina mendocina Daiana Ruiz vive en Alemania desde hace 4 años. Contó cómo pasa el segundo confinamiento por el coronavirus en ese país

La segunda ola de contagios de coronavirus en Europa está atacando con fuerza yen algunos casos ya transitan la tercera etapa de expansión del Covid-19. La esperanza está puesta en la vacunación pero eso llevará su tiempo y mientras tanto se extreman los cuidados y las restricciones dispuestas por el gobiernos sin que haya tanto rechazo a las medidas como ocurre en Argentina. Alemania no es la excepción a la pandemia -claro está- y por ello es bueno conocer un testimonio de primera mano. Entonces cobra valor la experiencia vivida por una mendocina en el país germano donde está instalada desde hace 4 años.

Daiana Ruiz es bailarina. Fue solista del Teatro Colón en Buenos Aires y actualmente es segunda solista del Compañía Stuttgart Ballet de Alemania donde protagoniza una carrera impecable. Con optimismo y buena onda describió cómo se vive la pandemia en ese país. Lo hizo en una entrevista con Radio Nihuil, en el programa Primeras Voces, con Andrés Gabrielli y Sara González.

"Acá está todo cerrado. Lo único abierto son supermercados y farmacias. En noviembre empezó un confinamiento menos estricto pero habían cerrado los restaurantes. En el teatro no pudimos hacer más funciones. Previamente hacíamos algunas actuaciones con muy poquita cantidad de gente, con protocolos súper estrictos y también estábamos haciendo live stream y las funciones se podían ver desde cualquier parte del mundo online. Pero en diciembre diciembre ya no se pudo seguir. El teatro estuvo cerrado aunque ofrecieron hacer entrenamiento opcional. Es decir, usar la sala para una clase diaria" cuenta Daiana.

Giselle

La cuarentena

Ruiz estuvo hasta hace poco en Argentina y así lo explica: "Yo acabo de volver de nuestro país así que estoy de cuarentena. Acá para regresar, hay que cumplir la cuarentena y yo no salgo, veo nevar por la ventana. Nosotros ya sabemos, oficialmente, que hasta abril no va a haber nada abierto al público. La compañía está tratando de que retomemos los ensayos y las funciones sin público pero que se pasan online. Es muy raro para los artistas enfrentar a un teatro vacío y ofrecer una función. El claro que da el público transmite una magia diferente. Lo bueno es que nos pueden ver desde cualquier parte del mundo. Por ejemplo a mí me pudo ver actuar mi familia. Es es el lado positivo".

La adaptación

"Al inicio de la pandemia fue todo muy complejo pero al final resultó productivo encontrar una nueva manera de seguir manteniéndose en forma. No fue fácil adaptarse a estar trabajando 8 horas con una pausa para comer que hacerlo en el living de tu casa. Fue un shock para el cuerpo pero se transformó en una búsqueda interesante de conocer nuevas formas para mantener la motivación", detalla Daiana

Esta última ola nos afectó más. Pero tuvimos el privilegio de que el teatro nos dio el piso que necesitamos para ponerlo en nuestras casas. Sin ese piso, una se patina y es difícil hacer el trabajo en punta. Al teatro podemos ir en grupos muy reducidos, sin tener contacto, lo que es un gran desafío para los coreógrafos. Lo bueno es que podemos usar el estudio para los saltos y los desplazamientos Esta última ola nos afectó más. Pero tuvimos el privilegio de que el teatro nos dio el piso que necesitamos para ponerlo en nuestras casas. Sin ese piso, una se patina y es difícil hacer el trabajo en punta. Al teatro podemos ir en grupos muy reducidos, sin tener contacto, lo que es un gran desafío para los coreógrafos. Lo bueno es que podemos usar el estudio para los saltos y los desplazamientos

Por qué Alemania

Daiana Ruiz recuerda cómo se dio la oportunidad de emigrar de Argentina: "Un maestro del Royal Ballet de Londres llegó a Buenos Aires y me propuso audicionar en Europa. Yo hacía rato que quería experimentar de viajar y abrirme al mundo. Después de esa charla vine a Europa por un mes a tomar clases en diferentes compañías y surgieron varias ofertas de trabajo. Una es la de Stuttgart y cómo yo era muy fan del coreógrafo de la compañía y de los ballets, acepté. Mi plan era venir por dos años y volver al Colón. Me promovieron a segunda solista y decidí quedarme".

"En el Colón trabajábamos un poco menos -compara- y acá hacemos 8 horas y más días, de lunes a sábados. También son muchas más las funciones. En épocas normales, sin Covid, tenemos cerca de 110 y una gira internacional al año más otras giras más pequeñas".

Vivo sola en un departamento. Hacer la cuarentena es duro. No te podés juntar con más de una persona y acá se respetan las reglas. La vida en Alemania me costó un montón al principio. Además Stuttgart es una ciudad más chiquita y tranquila que Buenos Aires. Pero me adapté, entendí cómo funciona todo, me acostumbré al idioma Vivo sola en un departamento. Hacer la cuarentena es duro. No te podés juntar con más de una persona y acá se respetan las reglas. La vida en Alemania me costó un montón al principio. Además Stuttgart es una ciudad más chiquita y tranquila que Buenos Aires. Pero me adapté, entendí cómo funciona todo, me acostumbré al idioma

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