Muchas veces compramos huevos en el supermercado o en una granja e inmediatamente los colocamos en la heladera, olvidando por completo la fecha de compra y envasado.
Lo cierto es que el huevo, a medida que pasan los días, va perdiendo sus propiedades, textura, sabor y calidad. A continuación te presento una guía o gráfica que representa la edad de los huevos y la forma de percibir rápidamente la cantidad de días que tienen.
De acuerdo con lo especificado en el Código Alimentario Argentino, se entiende por huevo fresco al producto no fecundado y que no ha sido sometido a ningún tipo de procedimiento de conservación. Aquellos huevos que han sido sometidos a temperaturas inferiores a los 8°C no podrán denominarse huevos frescos.
El Consejo Argentino sobre Seguridad de Alimentos y Nutrición recomienda siempre adquirir huevos bien envasados, etiquetados como lo especifica el Código y procedentes de establecimientos autorizados.
Además, es importante chequear si las etiquetas indican correctamente el lugar de origen y fecha de consumo preferente.
Los especialistas también aconsejan guardar los huevos en la heladera, cocinarlos completamente para evitar problemas de intoxicación alimentaria por salmonella y lavarlos antes de utilizarlos para evitar el ingreso de microorganismos a través de los poros de la cáscara.
Compré un cartón de huevos frescos hace un par de semanas y no logro reconocer qué edad tienen y si aún puedo consumirlos.
Comencé a investigar y descubrí una gráfica que indica la edad de los huevos así como especifica qué tan seguro es consumirlos cuando ya pasa mucho tiempo.
Un huevo alcanza su pico de frescura en el momento de la puesta. A medida que pasa el tiempo va modificando su estructura y características. Durante el almacenamiento, los huevos van perdiendo agua por los poros e ingresa aire en su lugar, este detalle es clave para comprender la siguiente gráfica.
Lo que sucede es que el aire se acumula entre las membranas testáceas del huevo. A medida que pasa el tiempo, más aire ingresa por la cáscara y por lo tanto más flota el huevo en el vaso. La aceleración de este proceso depende de su conservación y humedad.
Otra forma de percibir la edad de un huevo es cortarlo por la mitad una vez cocido. Si el huevo es viejo, notarás que la yema no está en el centro y el color amarillo no es intenso.
La pregunta es, ¿puedo comer huevos un poco más viejos? El Instituto de Estudios del Huevo de Europa explica que un huevo menos fresco continúa siendo apto para el consumo, excepto cuando está podrido. Simplemente, hay que cocinarlos por completo para destruir cualquier tipo de microorganismo peligroso.