1. Preparación del mosto
El primer paso es preparar el mosto, que es una mezcla de malta y agua. Para ello, necesitarás una olla grande, preferentemente de acero inoxidable, donde deberás calentar el agua. La cantidad dependerá de la receta, pero generalmente, se usan entre 3 y 4 litros de agua para hacer 1 litro de cerveza.
Cuando el agua llegue a unos 70°C, agrega la malta (si está molida, mucho mejor). Mantén la mezcla a fuego bajo durante aproximadamente una hora, asegurándote de revolver cada 10 minutos. Este proceso, conocido como maceración, ayuda a liberar los azúcares de la malta.
2. Hervir y añadir el lúpulo
Después de la maceración, filtra el mosto para eliminar los granos y luego hierve la mezcla durante 60 a 90 minutos. Durante este tiempo, es cuando añades el lúpulo. El lúpulo se agrega en distintas etapas del proceso: al inicio de la ebullición para dar amargor, y al final o después de apagar el fuego para intensificar el aroma. Asegúrate de que hierva lo suficiente para extraer el amargor.
3. Enfriamiento del mosto
Una vez que el mosto ha hervido, es crucial enfriarlo rápidamente. Si no tienes un enfriador de mosto, puedes colocar la olla dentro de un recipiente con agua fría o utilizar hielo alrededor de la olla. El objetivo es enfriar el mosto a una temperatura de entre 18°C y 25°C, ideal para la fermentación.
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4. Fermentación
Cuando el mosto esté a la temperatura adecuada, trasládalo a una botella o recipiente limpio y desinfectado. En este paso, agrega la levadura, que comenzará el proceso de fermentación, convirtiendo los azúcares en alcohol. Puedes utilizar una tapa o un globo de fermentación improvisado con un pequeño agujero, para que los gases puedan escapar sin dejar entrar impurezas.
Deja el recipiente en un lugar oscuro y fresco durante 7 a 14 días. El proceso puede variar dependiendo de la levadura y la temperatura, pero en general, puedes esperar que la fermentación primaria termine cuando ya no se vean burbujas de gas.
5. Embotellado
Después de la fermentación, es hora de embotellar tu cerveza. Utiliza botellas de vidrio limpias, desinfectadas y preferiblemente con tapón a rosca. A la mezcla fermentada, puedes agregar una pequeña cantidad de azúcar.
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Esto se hace justo antes de transferir la cerveza a las botellas, lo que permitirá que se genere gas durante el proceso de fermentación secundaria.
6. Maduración
Una vez embotellada, deja las botellas a temperatura ambiente durante aproximadamente dos semanas. Durante este tiempo, la cerveza tomará cuerpo y sabor. Es importante ser paciente.
7. Disfrutar
Después de la maduración, ¡tu cerveza artesanal casera está lista para disfrutar! Ábrela, sírvela en un vaso adecuado y acompáñala con una buena comida o, simplemente, con amigos.