La cáscara de calabaza es la piel exterior dura y fibrosa de la calabaza. Aunque generalmente se considera no comestible y a menudo es desechada por muchas personas, lo cierto es que puede tener un beneficio en particular que no todos conocen.
La cáscara de calabaza es la piel exterior dura y fibrosa de la calabaza. Aunque generalmente se considera no comestible y a menudo es desechada por muchas personas, lo cierto es que puede tener un beneficio en particular que no todos conocen.
Sucede que, por su alto contenido en nutrientes, la piel de la calabaza debe ser involucrada en el compost del jardín, tal y como indican diferentes especialistas.
Al compostar, se reduce la cantidad de residuos que van a parar a los vertederos, lo que es beneficioso para el medio ambiente. Por este motivo, es altamente recomendable el uso de la cáscara de la calabaza como también de cualquier otro tipo de elementos.
Pero hablando concretamente de esta cáscara, hay que decir que es una excelente fuente de nutrientes para las plantas, que lo que hacen es ayudar a mejorar la calidad del suelo.
Al descomponerse, la cáscara de calabaza libera nutrientes importantes para el crecimiento de las plantas, como nitrógeno, fósforo y potasio.
Cuando compostas cáscaras de calabaza, se evita que terminen en la basura, reduciendo la cantidad de residuos en los vertederos y disminuyendo la producción de metano, un gas de efecto invernadero.
Como si todo lo mencionado fuera poco, hay que decir que el compost de cáscara de calabaza ayuda a mejorar la aireación y el drenaje del suelo, lo que beneficia el desarrollo de las raíces de las plantas.