A partir del endurecimiento en las penas para los conductores que sean detectados con más alcohol en sangre que los límites establecidos por ley, muchos jóvenes han decidido dejar los vehículos en casa.
Esa es la conclusión a la que llegan los choferes, tanto de taxis como del servicio Uber, que han visto incrementar la demanda de pasajeros durante los fines de semana.
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Las modificaciones se pusieron en marcha el 21 de septiembre y no sólo significaron un fuerte incremento en el valor de las multas económicas sino que, quien supere el gramo de alcohol en sangre mientras maneja un vehículo, se verá sometido a una causa judicial y sufrirá la inhabilitación de su licencia y/o la retención de su auto.
Por temor o precaución, taxistas y choferes han notado un aumento en la cantidad de viajes que realizan, sobre todo por las noches, durante los fines de semana. Según señalan, en su mayoría, se trata de grupos de jóvenes que pagan el costo del viaje de forma colectiva.
"El último fin de semana, en dos viajes me reconocieron que querían tomar unos tragos y tenían miedo de ser multados a la vuelta", aseguró Oscar, un taxista apostado en la parada de San Martín y Gutierrez. Sin embargo, confesó que aún se cometen muchas infracciones por las noches: "Es tremendo lo que se ve, tenés que manejar con mucha atención".
Desde la Terminal, Juan también ha notado que su trabajo es más demandado desde que se aumentó el valor de las penas por manejar bajo los efectos del alcohol pero, según advierte, la imprudencia a la hora de salir a la calle no es una cuestión de edad. "El problema es que, muchas veces, la gente más grande se confía. Cree que la tiene más clara con el alcohol", explica.
"Los fines de semana, en un 90% se trabaja con chicos. Ellos mismos te dice que quieren ir a tomar y no quieren saber nada con los controles", asegura Adrián, quien está al mando de un Uber y agrega que en su trabajo tiene un límite de horario: "No me gusta trabajar cuando vuelven del boliche. Muchas veces los chicos están muy pasados".