El reconocido psicólogo y escritor argentino Gabriel Rolón es conocido por sus consejos profundos sobre las relaciones humanas. Una de sus frases más comentadas es: “El amor no es un lugar cómodo”, una sentencia que invita a reflexionar sobre lo que realmente implica amar y ser amado.
Para el experto, el amor, sí, es un lugar incómodo, a tal punto que, sin esa incomodidad, considera que es muy difícil que haya espacio para la construcción, o para "la invención", como muchas veces repite en entrevistas.
El consejo de Gabriel Rolón y el amor como desafío emocional
Según Gabriel Rolón, el amor no es un espacio de comodidad permanente, sino un territorio en constante movimiento, donde las emociones fluctúan y las personas deben adaptarse. Para él, el amor verdadero implica entrega, compromiso y una disposición a enfrentar conflictos y diferencias. Es decir, teniendo en cuenta que una pareja se construye de a dos, si una de las dos personas no se siente cómodo con ese vínculo, algo en la pareja no está bien.
"El amor exige salir de la zona de confort, porque amar a alguien es aceptar que esa persona tiene una historia, heridas, miedos y deseos propios”, ha expresado en varias ocasiones.
En las relaciones afectivas, la comodidad excesiva puede llevar a la rutina, al estancamiento y a la pérdida de la pasión. Rolón plantea que el amor, para mantenerse vivo, debe estar atravesado por:
Esto no significa que el amor deba ser doloroso o problemático, sino que implica un compromiso activo y consciente para nutrir la relación.
Para él, amar también es aceptar un grado de incertidumbre, pues no existe la garantía de que el sentimiento dure para siempre, pero el riesgo vale la pena si la experiencia enriquece y transforma a las personas. En sus palabras, “amar es apostar con lo más valioso que tenemos: el corazón”.
El consejo de hoy no busca desalentar a buscar o apostar por el amor, sino inspirar a vivir las relaciones con mayor autenticidad y entrega. Amar implica movimiento, cambio y, sobre todo, la disposición a crecer junto a la otra persona, incluso en medio de la incomodidad que pueden traer los desafíos emocionales.





