Mendoza cuenta con una tasa de incidencia de cáncer pediátrico de 122 casos cada 1 millón de chicos de 0 a 15 años, mientras que el promedio del país es de 124 casos por cada millón de chicos de esa edad.
Los datos surgen de un estudio del Registro Oncopediátrico Argentino (ROHA), del Instituto Nacional del Cáncer, que comprende el período de los años 2000 a 2008, y que tuvo en cuenta a 11.445 niños menores de 15 años de todo el país.
En el caso de Mendoza, se tomó una población de 454.121 niños y de esa cifra resultó la tasa de cantidad de chicos con esta enfermedad.
Entre las provincias de menor incidencia figuran Tucumán, con 104 casos cada un millón de niños de 0 a 15 años, Chubut con una tasa de 102, La Rioja con 94, La Pampa con 120 casos y Santiago del Estero con 109.
La importancia del diagnóstico
El cáncer infantil tiene una incidencia muy baja gracias al diagnóstico temprano, el tratamiento adecuado y el cuidado integral del paciente. La posibilidad de sobrevida global para el país es de 65% con variaciones regionales según el (ROHA).
La mayoría de los niños son tratados en los hospitales públicos pediátricos de mayor complejidad.
"El pronóstico ha mejorado mucho y hoy tienen una sobrevida mucho más alta. Seguimos protocolos internacionales y a nivel leucemia, hay un grupo de tratamiento con excelentes resultados. Hoy el 70% se cura", explicó a Diario UNO Edith Casas, jefa del servicio de Oncología Pediátrica del hospital Notti.
La especialista añadió que los tratamientos son muy prolongados, que duran alrededor de 5 años y en ocasiones, los pequeños pueden morir por los efectos tóxicos de la medicación.
"En los tumores sólidos, o retinoblastoma, la sobrevida es del 98%. A veces lamentablemente llegan con estadios avanzados de la enfermedad y ahí la posibilidad de vivir es menor, alrededor del 10% sobrevive", precisó la facultativa.
La leucemia es la de mayor incidencia y la que más se presenta es la linfoblástica aguda, "con muy buen pronóstico, mientras que las que requieren un trasplante de médula son las que menos aparecen", comentó Casas.
Además, recomendó realizar controles y enfocarse en la detección temprana, realizando exámenes clínicos a partir del primer año, al menos una vez por mes.
La más frecuente
La leucemia linfoblástica aguda infantil (LLA) es un tipo de cáncer por el que la médula ósea produce demasiados linfocitos inmaduros (un tipo de glóbulo blanco). Puede afectar los glóbulos rojos, los blancos y las plaquetas.
Los tratamientos anteriores para el cáncer y ciertas alteraciones genéticas afectan el riesgo de presentar esta patología.
Los signos de LLA infantil incluyen fiebre y hematomas. Para detectar y diagnosticarla se utilizan pruebas que examinan la sangre y la médula ósea.
La adaptación de los protocolos terapéuticos actuales y el seguimiento estricto de la enfermedad, que permite modificar la estrategia terapéutica antes de que se produzca una recidiva (repetición), permite que hasta el 80% de los niños se puedan curar.