Pasó la visita de Sergio Massa a Mendoza y dejó mucho para analizar. El ministro aterrizó con la lengua picante y no se salvó casi ninguno de sus rivales políticos: ni Alfredo Cornejo, ni Rodolfo Suarez, ni la oposición a nivel nacional. Hasta Omar De Marchi "cobró" (según analizaron sus dichos varios de los justicialistas cercanos). Además redondeó anuncios concretos y logró que el empresariado se fuera contento de la charla que brindó en Guaymallén. Por qué el peronismo mendocino logró, por fin, respirar hondo gracias a su presencia.
Un Massa filoso y cargado con anuncios que volvió a subir al PJ mendocino en el ring
"Ah, sí. Badaloni. Gran jugador", contestó Massa casi al pasar, cuando daba sus primeros pasos en el empedrado de IMPSA, a la salida de la Nave Número 1 que acababa de recorrer. Estaba contestando a una pregunta para romper el hielo que un periodista le hizo sobre el exdelantero del Tomba; un joven nacido en Villa Nueva que ahora mudó sus goles al Club Atlético Tigre, el equipo del ministro.
Sin embargo, nada de esa "chanza" para amenizar, ni del semblante gracioso con el que arrancó el recorrido, quedó en pie segundos después; cuando en la conferencia de prensa Massa quiso arremeter contra los dirigentes de Cambia Mendoza. A la hora de dirigirse a ellos, afiló un estilo duro del que ya viene haciendo gala desde hace varios días, y que este martes terminó transformándose en uno de los sellos de su paso por la provincia.
Lo contó Diario UNO bien temprano. Uno de sus primeros golpes fue contra la gestión actual por la operación financiera hecha con parte de los fondos que corresponden a Portezuelo del Viento. Acusó al oficialismo de hacerla a través de una firma denunciada por presunta especulación desde el Estado nacional y dijo que la plata estaba "mal usada"; que el dinero tenía que volver luego de "ser sacado hacia los Estados Unidos".
En Casa de Gobierno acusaron recibo casi de inmediato y salieron a responder. Ese sólo gesto fue uno de los elementos que marcaron por qué su paso por Mendoza apuntaló a un PJ que venía alicaído. Es que a los peronistas le cuesta el triple poder sacudirle el avispero de esa manera al oficialismo. Massa, en cambio, lo hizo por segunda vez en una semana. Se ubicó -y no se bajó- del registro combativo para con los radicales locales: el miércoles ya le había dicho a Cornejo que estaba "nervioso porque siete de cada diez mendocinos lo rechazó en las PASO".
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Cuatro episodios de un Massa "picante"
¿Por qué le sirve al peronismo local ese "punch"? Porque lo pone de vuelta en un lugar y en un rol que durante buena parte del tiempo parece haber perdido. Los ubica, de cara a Cambia Mendoza, otra vez en una postura de igual a igual frente a la imagen pública; frente a la psicología íntima del votante, que a veces percibe los embates del PJ doméstico hacia el poder como, apenas, provocaciones poco conducentes.
Es lo que aporta la notoriedad de Massa y su dimensión en el mapa político actual. Elementos de los que en buena medida carecen los líderes del peronismo "menduco". De ahí que el semblante combativo que el ministro tuvo este martes fuera tan trascendente. Porque les apuntó a Suarez y Cornejo como muchos esperarían, sí; pero con un triple efecto: ser crítico; "mendocinizar" su discurso (mostrándose al tanto de temas locales), y a la vez (quizás sea lo más importante para el Frente Elegí), mostrándose completamente alineado con las posturas que el justicialismo sostiene en Mendoza de manera constante.
Y no se quedó ahí. Ya en el hotel Cóndor de los Andes, donde habló frente a un centenar de productores y empresarios, volvió a aludir a la figura del ex gobernador sancarlino, aunque esta vez sin nombrarlo: se refirió a los dirigentes que "son muy republicanos en Buenos Aires", pero después no lo demuestran en su provincia. Y dijo que Mendoza está sufriendo en aspectos ligados a la institucionalidad, "con esto de que, bueno, no hay reelección (de gobernador), pero después vuelvo y me presento".
A los peronistas les arrancó sonrisas: la referencia era ineludible.
El que quedó en un limbo de mayor vaguedad (aunque tampoco tanta) fue su probable señalamiento a De Marchi. En un momento, con Parisi sentado a su izquierda, en lo alto del escenario, Massa lo miró y habló de sus propuestas para ser gobernador. "Parisi... él es el 'Omar bueno'", se animó el ministro. Ya en el pasillo, cuando había terminado todo, un buen puñado de justicialistas todavía comentaba el episodio con algo de risa y algo de sorpresa.
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Cuatro anuncios bajo el brazo: vidriera para el PJ
Los diarios vienen reflejándolo: Mendoza se apresta a vivir un verdadero vendaval de candidatos. Cinco "presidentes" en una semana para una provincia que, a dos semanas de las PASO, parece atraer a los aspirantes a la Casa Rosada como nunca, a pesar de que al mismísimo presidente Alberto Fernández sólo le ha visto la cara en persona en apenas cuatro oportunidades. Es por eso que, para que no sea venir por venir, hay más contundencia en las visitas si éstas vienen cargadas de novedades.
Y Massa aprovechó un activo que posee en ese sentido: por ser ministro, de los precandidatos es el único que puede prometer algunas cosas y prácticamente echarlas a andar al mismo tiempo. Hizo valer el privilegio, potenciando a su vez a un PJ que no sólo hace años está muy lejos de ser Poder Ejecutivo en la provincia, sino que además, durante buena parte de estos cuatro años tuvo que padecer a un Gobierno nacional que le hizo pasar más amarguras que alegrías de cara a los mendocinos.
En Mendoza, el titular del Palacio de Hacienda anunció que la quita de retenciones al vino permanecerá si es presidente; que va a llevar a dos billones de pesos los fondos para el programa denominado Crédito Argentino (préstamos para pymes, monotributistas y exportadores); que el Previaje 5 se va a lanzar en los próximos días (aunque ya lo habían insinuado él y el ministro Matías Lammens); y que en los próximos meses vendrán más "alivios" a ciertos sectores en torno a Impuesto a las Ganancias.
Al menos cuatro aspectos, que se sumaron a la eliminación de retenciones para la industria vitivinícola desde el 1 de septiembre a la suba de lo que se paga por el denominado "dólar agro", que la afecta directamente (más allá de que los productores se quejan de que la cifra, $340 pesos por billete verde, es poco).
Con eso, Massa le devolvió por una tarde la chance al PJ mendocino de darle novedades a la ciudadanía. No sólo por el hecho de brindar una buena noticia o hacer un anuncio en sí; sino por la notoriedad que genera poder hacerlo. Justo en el epicentro de una campaña en la que cada voto vale, y en torno a una coalición electoral cuyos referentes -no todos- tienen en la baja exposición a su principal déficit. "Si a Parisi lo conocieran más, lo votarían. ¡El problema es que no lo conocen!", se quejaba un peronista. Valga esa anécdota como botón de muestra.
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"Massa nos ayuda a unificar el PJ"
Massa trajo algunos golpes al oficialismo y novedades a Mendoza. A la vez, se alineó a las ideas de un frente que tiene de todo y dista de ser homogéneo en la provincia (lo demostró en las últimas PASO con listas para todo tipo de paladares, y a las que casi se le suma una de José Luis Ramón para llegar al Congreso). Y sin embargo, probablemente, el gran elemento que haya venido a aportar el ministro tenga que ver justamente con eso: generar unidad, como anunciaron días después de aquellas malas primarias.
A un justicialismo roto por sus diferencias internas; grogui de derrotas, y que dejó escenas memorables de grieta explícita -como vaciarle un acto al Presidente de la Nación-, este martes el exintendente de Tigre le regaló una foto completamente contraria: de cercanía. Probablemente ayudada por la proximidad de las elecciones, es cierto. Pero indudablemente motivada, sobre todo, porque su figura atrae a los dos polos que desde hace años están cinchando por ver quién se queda el sello local del partido: La Cámpora -el kirchnerismo- y los intendentes.
Y es que bajo el sol de este agosto que parece enero, celebraron juntos Matías Stevanato, Lucas Ilardo, Emir Félix, Anabel Fernández Sagasti, Gabriela Lizana; y hasta el sector de Guillermo Carmona, que posó para las fotos aunque un mes atrás parecía irse dando un portazo. (A propósito de Carmona, la semana que viene podría ser él el gran anfitrión de una visita nacional, porque la cuenta regresiva para las urnas podría cerrarla en Mendoza el "Chivo" Agustín Rossi, decían en los pasillos).
Como fuera, el peronismo volvió a tener una tarde de casi absoluta centralidad; pudo lanzarle uno o dos dardos al tándem Cornejo - Suarez y pareció haber recuperado algo de esperanza para sus desafíos locales. Todo con Martín Aveiro y Omar Parisi, como principales beneficiarios; porque encabezan las listas, y cada punto extra que pueda aportales Massa le levanta el ánimo y los votos al PJ.
Un espacio que, de tanto estar contra las cuerdas en las últimas elecciones mendocinas, parecía hasta haber quedado del lado de afuera del ring.
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