Tiene dos hijos, Marcio (26) y Ornella (22), ambos estudiantes de Educación Física. Su marido, Gustavo, es contador. Todos los días, Claudia pasa por la casa de su madre, que ya cumplió 92 años y vive sola, para ver si la mujer precisa algo.
No tiene el physique du rôle de una sindicalista, o al menos no cumple con el estereotipo que dicta el poco inocente sentido común. “Trabajé durante 15 años en la ex DINAF y me invitaron a participar de AMPROS allá por 2005”, recapitula ella en diálogo con UNO.
Justo por aquella época, AMPROS -que reúne a unos 7.000 profesionales de la Salud- consiguió su personería gremial, y en la primera comisión directiva estuvo Iturbe como vocal suplente. “Siempre me integré a las movilizaciones y me encargué de la relación con los medios. Antes de obtener la personería ya estaba cortando rutas, en plena crisis, junto a la gente de ATE”, recuerda.
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La entrevistada junto a la histórica referente de AMPROS, Isabel del Pópolo.
Hoy Iturbe sigue cortando cada tanto alguna que otra calle. El ojo atento la encontrará también andando en bici, ya que cuando tiene tiempo agarra para la montaña y pedalea duro. “A veces arranco desde Ciudad y me voy hasta Potrerillos. No me canso ni transpiro, a mis amigos les llama la atención”, se enorgullece.
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La dirigente asegura que pedalea desde Ciudad hasta Potrerillos y que no siente el cansancio
Salud y economía
La secretaria general de AMPROS repite una y otra vez que no se vincula con ningún partido político, pero sí tiene una visión del país. “En Argentina no se reconoce el esfuerzo ni la capacidad. Por eso hay que organizarse y salir para que te reconozcan. Yo estaré dispuesta a dialogar, pero también a reclamar lo que es justo”, anticipa.
El año pasado fue intenso para AMPROS. Hubo medidas de fuerza y marchas en reclamo de actualizaciones salariales que, para muchos trabajadores, no estuvieron a la altura de las exigencias que les planteó la pandemia del coronavirus. E Iturbe enfatiza que Mendoza logró mantener su economía relativamente abierta hasta hoy “porque los profesionales lo dieron todo en los hospitales”.
La referente sindical promete mantener la independencia partidaria, “dialogando cuando sea posible, pero buscando firmemente que la salud se convierta en una política de Estado”.
Y recalca que desde 2007 Mendoza cuenta con un convenio colectivo de trabajo “único en Latinoamérica” que fue rubricado en su momento por el exgobernador radical Julio Cobos. “En ese convenio se habla de salarios, concursos, organigramas y hasta sanciones. Pero falta aplicarlo de forma completa. Funciona parcialmente y eso nos condiciona”, evalúa.
“En cuanto a los temas salariales, nos gustaría resolverlos para poder empezar a hablar de mejoras cualitativas en la atención”, agrega.
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La gremialista al momento de asumir su cargo como secretaria general
“En la Argentina -continúa Iturbe- tenemos profesiones críticas que son muy importantes pero que nadie agarra porque no representan ninguna ventaja respecto a otros roles. Nadie las promociona. Por eso ya no quedan terapistas ni pediatras, porque son profesiones consideradas ‘burn out’, que te queman sin que nadie o casi nadie valore tu trabajo. Tenemos que empezar a ver adónde se necesitan, cómo se necesitan y cómo puedo lograr que las personas estudien eso”.
Cerca del final, la gremialista señala que otro eje pendiente son los concursos. “Quien ocupa un cargo jerárquico debe ser el mejor profesional, elegido de forma seria. Sin embargo, hoy muchos de esos cargos se ponen a dedo, con criterios partidarios”.