En medio de la crisis y el prematuro lanzamiento de la campaña presidencial, el Círculo Rojo empezó a pensar no sólo en personas sino en cuestiones de fondo que, entienden, deberían contemplarse en el Gobierno que conduzca la Argentina a partir del 10 de diciembre.

Dividido entre los que quieren que el oficialismo continúe con Mauricio Macri, los que lo prefieren con María Eugenia Vidal y aquellos que piden un cambio hacia la oposición, el establishment coincide en que cualquiera de ellos deberá reformar cuestiones impositivas, darle duro combate a la inflación, rehabilitar el acceso al crédito, reactivar el mercado interno y, sobre todo, convertirse en un gobierno "de consenso" para consolidar esas reformas en el tiempo.

"Hay que ponerle un poco de contexto a la situación", dice Daniel Pelegrina, titular de Sociedad Rural Argentina (SRA), y explica que "todo falla por la cuestión clásica que es la inflación como motor del deterioro del ingreso, de los desajustes del dólar y de la tasa como remedio. La lucha contra la inflación tiene que ser una política de Estado, hay que erradicarla".

Como el resto de los actores de la Mesa de Enlace y el campo, Pelegrina considera que "hay que hacer un ajuste real en el gasto público y desterrar la palabra derecho a la exportación de la economía argentina; necesitamos crecer y exportar". Para el dirigente rural, lo mejor que ha hecho Cambiemos en materia a cambios de fondo fue "la reinserción de Argentina en el mundo, dándole una perspectiva exportadora".

Mientras, Daniel Funes de Rioja, titular de la Cámara alimenticia Copal, coincide al acotar que "se necesita una mirada profunda, que aborde una política estructurada para combatir la inflación, aclarar los modos de contratación, rebajar los impuestos y trabajar en las cuestiones de logística".

Funes de Rioja es además vice presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA) que, como otras cámaras empresarias como del comercio, trabaja en documentos con propuestas que harán públicas cuando se lance la campaña real de cara a octubre.

La industria, por la caída en el crédito y el derrumbe del mercado interno, es el rubro más golpeado por la recesión que ya lleva un año. El de los medicamentos, en este contexto, es un mercado que no escapó a la crisis: ya se venden 10% menos de remedios, según los datos del sector.

Marcelo Figueiras es el propietario de Laboratorios Richmond. "Yo le pediría al próximo gobierno -señaló- una visión industrialista de desarrollo y multinacionalización de las empresas nacionales. Que se concentre en la industria y no en la timba, en la generación de empleo a través del valor agregado local, con ciencia argentina, que es la base del desarrollo, y motor de la economía", indicó.

"Sin prebendas ni aislamiento, pero fomentando la competencia en igualdad de condiciones, no importar trabajo esclavo, ni diferentes realidades sociales y financieras, sin siquiera exigirles que cumplan los requisitos de empresas nacionales. Que te digan 'competí sino fundite', contra realidades sociales, laborales y financieras diferentes que no pagan impuestos locales ni dan trabajo en nuestro país es, o bien estúpido, o mala fe", sostuvo el empresario.

El sector no está en buenas migas con el Gobierno, luego de que la diputada Elisa Carrió denunciara penalmente a la cúpula de la Cámara CILFA por presunta especulación con el tipo de cambio.

Luego, la crisis los golpeó como al resto. Figueiras agregó que lo que relata tiene el agravante "de no exigir los mismos requisitos que a nuestras empresas. Le pediría al próximo gobierno que no venga un chico con un power point a explicarte que en oriente los productos son más baratos... Que se defina claramente un parámetro estratégico que nos permita planear nuestro futuro, dejarnos trabajar en paz y generar empleo".

Por el lado de las pymes, Daniel Rosato, Presidente IPA (Industriales pymes argentinos), consideró que "es necesario enviar señales de confianza hacia el mundo y para eso se necesitan tomar medidas integrales aún cuando se piense en el corto plazo. Una medida central debe apuntar a la recuperación de las pymes industriales, con beneficios que impacten de manera directa en la generación de empleo. Por este motivo es fundamental universalizar entre las pymes los beneficios que le permitieron a algunos sectores estar exentos del pago de aportes patronales, con especial atención en los productores de bienes de capital y de comestibles".

Esta medida, apuntó Rosatto, "permitirá evitar remarcaciones, ya que en la actualidad una de las explicaciones de la inflación está dada por el traslado del aumento constante de los costos de producción. Si se reduce la carga patronal, la tensión de precios en los productos de consumo masivo perderá dinámica y además las pymes dispondrán de nuevos recursos que podrán destinar para la generación de nuevos puestos de trabajo o para el otorgamiento de incrementos salariales a sus empleados, que luego se volcarán en el mercado interno y redundará en una incipiente recuperación de las pymes".

Fuente: El Cronista