IMPSA.jpg
IMPSA, una empresa emblemática de la industria nacional que hoy se encuentra en problemas.
► TE PUEDE INTERESAR: La serie de errores que dejó a IMPSA sin plan B y el peligroso futuro que asoma
"No hemos ingresado porque nos han pagado la mitad de los sueldos y estamos exigiendo un cronograma de pago porque tienen una deuda que arrastran desde abril que son las actualizaciones de paritarias", puntualizó Mario Reveri, uno de los delegados de la UOM que se manifestó en la metalmecánica del carril Rodríguez Peña.
Esos empleados se mantuvieron allí por varias horas, hasta que pasadas las 11 se les confirmó que les habían liquidado lo que se les adeudaba.
Asfixia financiera y privatización en proceso
Hay que recordar que tanto el gobierno nacional como el provincial que acumulan el 84% de las acciones de IMPSA iniciaron un proceso de privatización a mediados de este año y que el mes pasado se conoció que la firma estadounidense ARC Energy se presentó como única oferente para comprar la histórica empresa mendocina. Para quedarse con Pescarmona, ofrecieron 27 millones de dólares, que en principio irían a capitalizar la endeudada empresa.
El gran escollo para que avance esa privatización que se dilató en el tiempo más de lo pensado es el enorme pasivo que arrastra IMPSA y que supera los 550 millones de dólares. Por eso es previsible, que antes de avanzar con la compra de la firma, los estadounidenses pretendan reestructurar esa enorme deuda, para lo cual deberían acordar con los principales acreedores.
Entre los principales acreedores figuran el Grupo Moneda, el Banco Nación, el BICE y el BID. Las cartas están sobre la mesa. Los inversores estadounidenses ya les presentaron una propuesta y su plan de negocios y esperan con ello convencerlos de patear la deuda hacia adelante.
De no hacerlo, la otra opción que nadie quiere ni siquiera nombrar es la quiebra. Lo que generaría una detonación interna para el Gobierno local, que debería enfrentar no sólo el impacto de tener 750 empleados en la calle, sino también la repercusión que tendría ese cierre en el centenar de Pymes que se nutren de los trabajos de IMPSA.
Tanto es así, que el mismo gobernador Alfredo Cornejo marcó esa chance en la nota que este miércoles le dio al programa Séptimo Día.
"La alternativa que todavía está vigente es que esa empresa se caiga porque si no hubiera un comprador esa posibilidad existiría. Hoy soy optimista. Hay un comprador muy interesado, que está haciendo un esfuerzo grande, que ha estudiado bien la empresa. Pero las alternativas que tenía Rodolfo Suarez y el gobierno de Alberto Fernández eran capitalizarla o hacerla caer. Y el gobierno de Rodolfo Suarez no puso un solo peso de los mendocinos en la estatización. Tomó el menos grave, quizás yo no lo hubiera hecho", admitió el mandatario.