Martes 30 de junio. Casa de Gobierno. 13.02 horas. Teresa Day (49) acaba de jurar como ministra de la Suprema Corte de Justicia y Jorge Nanclares, que termina de renunciar al cargo por segunda vez en un mes, deja de aplaudir y se aparta un momento de la escena para atender el celular que suena en un bolsillo del pesado abrigo oscuro.
Te puede interesar: ¿Por qué no me dieron una tablet gratis para jubilados, AUH y monotributistas?
Se corre el barbijo blanco, saluda en voz baja y escucha la pregunta de Diario UNO.
-Doctor, ¿la ANSES ya le otorgó la jubilación tan rápidamente como para haber dejado el cargo?
- No voy a hacer declaraciones. Mi jubilación es un asunto privado que me compete a mí solamente.
Pasado y presente
Hace exactamente un mes Nanclares había renunciado al sillón en la Suprema Corte que el gobernador radical Felipe Llaver le otorgó en 1987.
"Acéptase la renuncia condicionada al efectivo otorgamiento del beneficio jubilatorio", indicó el decreto 679 firmado por el gobernador Rodolfo Suarez y el ministro de Gobierno Víctor Ibañez Rosaz.
Mucho se decía en los tribunales acerca de cuándo efectivamente se iría Nanclares. Si el recambio y la asunción de Teresa Day dependía de la ANSES podían pasar varios meses hasta que Nanclares recibiera la jubilación, advertían incluso desde el Poder Judicial.
Y por ende seguiría siendo ministro de la Corte. Y más aun: seguiría siendo presidente del máximo tribunal de justicia de la provincia.
Sin embargo, fue el propio Nanclares el encargado de ponerle el moño a la jugada del Gobierno de hacer jurar a Teresa Day dos horas después de que el Senado le diera acuerdo por 23 a 0 para llegar a la Corte.
Jugada destinada a cortar de raíz cualquier pretensión del peronismo de judicializar el asunto. Fue cuando Nanclares le dio al Gobierno la posibilidad de decir que su haber jubilatorio inicial ya estaba "acordado" en ANSES, como indica el decreto del 30 de junio.
Fue a través de la nota fechada un día antes en la que Nanclares indica que el trámite previsional "se encuentra en estado ACORDADO" y le solicita al gobernador que "disponga la baja" del cargo.
Yo juego, tú juegas...
"Nosotros también jugamos", sonrió un colaborador del Poder Ejecutivo después de haber asistido al juramento de Teresa Day.
Clarito: el PJ ya había jugado, más temprano, cuando no acudió al recinto a la hora de la votación en el Senado "para no legitimarla en el cargo".
"El PJ no fue a votar, el Senado aprobó a Teresa Day, Nanclares renunció a la condicionalidad del haber jubilatorio y nosotros le tomamos juramento. ¿Está claro?", enumeró el funcionario de Suarez con precisión de relator deportivo.
"Jugada de pizarrón"
Un magistrado de vasta experiencia miró por la venta de su despacho hacia el edificio de Casa de Gobierno. Y también sonrió. Con satisfacción inconfundiblemente radical.
"El Gobierno hizo una jugada maestra. Una jugada de pizarrón, que me dan ganas de pararme para aplaudir", contó cual bilardista de la primera hora.