Condenado por corrupción

Luis Lobos preso: su pasado en Canadá, sus lujos en Guaymallén y su presente en una celda

El exintendente del departamento más poblado de Mendoza irá a prisión luego de que la Justicia desestimara los pedidos de su defensa. Aquí, un recorrido sobre su vida desconocida y pública

El exintendente de Guaymallén Luis Lobos (60) y su expareja Claudia Sgró (55) quedaron detenidos este viernes porque la Justicia ejecutó la pena de prisión efectiva por fraude a la administración pública que había confirmado la Suprema Corte de Mendoza. Triste final para una novela con varios capítulos y -todo indica- importantes dosis de corrupción.

¿Habría anticipado alguien ese desenlace si se hubiera cruzado con Lobos, por ejemplo, en la década del '80? Probablemente no: se habría encontrado con un hombre radicado en Canadá luego de pedir "asilo político" en ese país. Un supuesto exiliado que extrañaba su terruño.

Después volvió a la Argentina, pero varios testigos que declararon en las causas que se le siguen contaron que no regresó con plata. Hasta recordaron que vendía alfajores puerta por puerta para complementar sus ingresos.

Sin embargo, cuando le preguntaron al acusado de dónde había sacado su patrimonio -que creció explosivamente desde que ingresó en la administración pública-, él argumentó que eran fondos que había traído "en negro" desde el país del norte. Y aseguró que esos ahorros eran de unos 200.000 dólares.

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Luis Lobos este viernes, entre el abogado Fernando Lúquez y una colaboradora. Detrás, Claudia Sgró.

Luis Lobos este viernes, entre el abogado Fernando Lúquez y una colaboradora. Detrás, Claudia Sgró.

La época en el municipio de Guaymallén

Después de la experiencia canadiense y los alfajores, Lobos se metió fuerte en el municipio. Entre entre 2003 y 2015, adquirió junto a Sgró una vivienda de 620 m² cubiertos, un terreno de 1.666 m², un departamento, una pick up Volkswagen Amarok, un Peugeot 308 Feline, un cuatriciclo y -a través de la empresa Gerenciar S.A- un lote de 519 m² del barrio Sol Andino.

En medio de todo eso, hubo una circunstancia que lo favoreció. Quien a la sazón era intendente del municipio, Alejandro Abraham (PJ), obtuvo una banca como diputado en el Congreso de la Nación. Y al ser Lobos presidente del Concejo Deliberante, le tocó asumir la jefatura comunal.

Los siguientes dos años fueron clave por varias razones. Se acusó a Lobos de haber aprovechado su poder para concretar actos de corrupción. Para entonces, él y Sgró desempeñaban cargos públicos.

Llegado cierto punto, concejales guaymallinos y parte de la prensa comenzaron a sospechar del suntuoso modo de vida que llevaba la pareja.

Pero en 2015 comenzó otro tramo digno de Netflix: Abraham quiso volver a la intendencia, Lobos le compitió en las internas del PJ y le ganó.

Aquellos comicios, de todos modos, terminaron con la victoria de Marcelino Iglesias (Cambia Mendoza), quien se transformaría en uno de los archienemigos del flamante recluso.

Las causas contra Luis Lobos

A Lobos se le acumularon las causas y empezaron a aparecer cuentas que no cerraban. De acuerdo con una pericia contable que pidió en su momento la fiscal Susana Muscianisi, el exintendente no podía justificar un crecimiento patrimonial de $3.923.099.

La bola de nieve se agrandó y hasta la Municipalidad de Guaymallén -con Marcelino a la cabeza- se constituyó como querellante en algunos de los expedientes que se acumulaban. Entre ellos, el que lleva la carátula de fraude contra el Estado y que significó para Lobos pasar a ser el segundo intendente en la historia de la provincia que marcha preso luego de otro peronista, el santarrosino Sergio Salgado.

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