Más allá de las cuestiones de salud que la aquejan, Carrió ya venía molesta por los acercamientos entre Mauricio Macri y el candidato presidencial de La Libertad Avanza (LLA), el diputado de ultraderecha Javier Milei, el postulante más votado en las primarias del domingo pasado.
“No creo que haya que ir a una ultraderecha; tengo miedo a un estallido de violencia. Hay gente que cree que la solución es ir a una ultraderecha y a la represión; yo no”, había advertido Carrió unas semanas atrás.
La decisión de Carrió se conoce luego de que el propio Milei le diera hoy un guiño importante al expresidente Macri, al señalar que en caso de ganar las elecciones lo sumaría a su eventual gabinete como un "super embajador" en un "rol destacado", que pudiera "abrir mercados" para el país.
La salud de Lilita Carrió
El pasado 12 de julio, Carrió quedó internada en un centro de salud de la localidad santafesina de Esperanza, tras sufrir dolor en el pecho durante un almuerzo de campaña en un club local.
La dirigente permaneció algunas horas "en observación" tras ser sometida a chequeos médicos para determinar el motivo del malestar. Luego fue dada de alta, pero no hay demasiadas precisiones sobre el diagnóstico que le han dado los profesionales.
Carrió reaparecerá públicamente la semana próxima, cuando brinde una charla en el instituto de Formación Política y Cultural Hannah Arendt sobre "La Argentina que viene".
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