Cornejo se refirió al escándalo que involucra a la hermana del presidente. Lo hizo ante un grupo de periodistas que lo inquirieron al respecto: “Las denuncias al voleo hacen un daño enorme, meten a todos en la misma bolsa y no se aclara nada”, tiró haciendo equilibrio entre no quedar pegado buscando conformar a los radicales críticos y salvando a la lista de diputados nacionales que propicia para las elecciones en alianza con los hermanos Milei.
El gobernador Alfredo Cornejo en Casa de Gobierno, durante la presentación de nuevas ambulancias para Salud.
Alfredo Cornejo, gobernador radical de Mendoza, se alió con La Libertad Avanza y al poco tiempo se encontró con el lío nacional de Karina Milei y la Agencia de Discapacidad. Habrá que ver qué efecto tiene eso en las urnas. Imagen ilustrativa.
Foto: Gobierno de Mendoza
Muletas para Spagnuolo
Habló también del descabezado titular de la Agencia Nacional de Discapacidad: “El que tiene que hablar es Diego Spagnuolo; no lo conozco, pero es quien debe dar explicaciones sobre las grabaciones que trascendieron”.
A Cornejo le convendría que el hilo se corte ahí. No sería sencillo si el ducto terminase en la hermana del presidente como muchos -hasta la propia Justicia Federal- intuyen podría suceder.
La corrupción, ese mal humano
Tantas veces nos han señalado como defensores de corruptos a quienes nos inclinamos por ideas nacionales y populares, que me resulta interesante la discusión. En particular pienso –y creo que represento a muchos colegas y ciudadanos con estas ideas- que la estructura estatal es tan furibundamente enorme que es realmente imposible disminuir a cero las posibilidades de que algún funcionario se tiente con comerse una manzana que no es suya.
Ese modelo moralista y ético del poder, y del ejercicio de la cosa pública o del manejo de fondos públicos, es de una utopía tan extrema que más de un dirigente político defiende ese modelo sabiendo que no existió, ni existe, ni existirá jamás: pour la galerie. Finge demencia, ¡bah!
Del Obelisco a la tierra de Peñaloza
Si a eso le sumamos que la familia Milei confió en la familia Menem gran parte del poder político del país, la conclusión no podría ser otra que la familia Menem vivió siempre de negocios en La Rioja y en el país.
Tener negocios no tiene nada de malo per se, al contrario: todos los negocios legales dan trabajo, pero es iluso pensar que, en el manejo de recursos, los Menem se comportarán como las damas de honor de San Martín.
Spagnuolo, Lule Menem, Karina Milei y Martín Menem
Selfie. Diego Spagnuolo, "Lule" Menem, Karina Milei y Martín Menem.
Para el tiempo de cosecha: el efecto Karina Milei
Ninguno de los principales candidatos a diputado nacional para las elecciones del 26 de octubre nació en el norte de la provincia. Luis Petri es de San Martín y Emir Félix de San Rafael.
Obvio que Petri está mucho más cerca de la capital que el sureño y tiene la banca del caballo del comisario que está rodeado de mendocinos que pasean desde siempre por el Parque San Martín de la Ciudad.
Esta semana que pasó fue para el olvido para los hermanos Javier y Karina Milei. La bala del 3% de coimas que supuestamente saldrían en forma de retorno desde varios organismos estatales, entre ellos el área de discapacidad, entró al hueso.
Con eso lidiará gran parte de la campaña el sanmartiniano Petri. Veremos qué arte despliega para ir capeando el temporal. En tanto, el peronismo está obligado a la territorialidad, esta vez sin grandes referencias nacionales, lo que lo libera de estar dando explicaciones por otros, como en el caso del oficialismo, algo que le garantiza a Félix andar un poco más liviano en el camino.
Captura Posteo Javier Milei sobre Karina Milei.JPG
Karina Milei, "El Jefe" según las palabras del presidente.
“Alta coimera”
Un dúo norteño viralizó (como se dice ahora a la difusión de contenidos hasta convertirlos en hit) un jingle con la canción cubana híper conocida Guajira Guantanamera, y logró posicionarla en lo más alto de la conversación pública en todas las redes sociales con una letra tocada y destinada a la hermana del presidente en la que se repite pegajosamente “Karina es alta coimera”.
La bronca social convertida en burla y virtual, legitimada y explotada al máximo por el mileísmo: ergo toman de su propia medicina, golpeó de lleno en el corazón del argumento mileísta de que venían a traer algo distinto y que los chorros eran sólo los peronistas.
Ya dijimos lo de los Menem y también se puede mirar para adentro de la provincia de Buenos Aires para encontrar socios que de monjes de clausura tampoco tienen nada y muchos vienen del mismísimo pejotismo como Cristian Ritondo, un amante de los negocios inmobiliarios. “¡Conmigo no, Barone!” diría la gran Beatriz Sarlo.
Periodistas oficialistas los hubo y habrá
Y se invirtió la carga de la prueba: los odiadores de 6,7,8 salieron a denostar las escuchas ilegales que tanto amaban en la época kirchnerista y empezaron a dudar de cosas que jamás habían cuestionado cuando se trataba de “los K”.
El tironeo viene a reafirmar un viejo encono de una parte importante de la sociedad con lo que representa el peronismo. Algunas cosas sólo molestan cuando los involucrados son del PJ, pero hasta parece que cayeran bien cuando vienen de otro palo. O repiten por lo alto el “si roban, que caiga quien tenga que caer” o “que decida la Justicia”, dos frases de ocasión que muy pocos sienten de verdad pero repiten como loros.