¿Qué tomó Alfredo Cornejo? Tracciona a mil. Saca documentos. Habla con Dios y con el Diablo, discute, propone un nuevo Cambiemos y genera polémicas. En Buenos Aires muchos analistas dudan acerca de si estamos   ante un gran jugador político. O ante un desorbitado.

Ni hablar de la Casa Rosada donde crece la desconfianza hacia él. Lilita Carrió, que nunca lo ha querido bien, ahora le gustaría verlo como al finado De la Sota. La diputada define a Cornejo como un tosco.

La razón de esa acelerada actividad del gobernador mendocino es la recta final hacia la Convención Nacional de la UCR, partido que preside, y que el lunes 27 de mayo, en Parque Norte, Buenos Aires, decidirá si el radicalismo seguirá o no siendo el principal socio de Cambiemos.

Armemos el paquete

Cornejo no quiere sorpresas. Intenta llegar al debate de Parque Norte llevando bien cocinados los puntos centrales de lo que le propondrán a Macri.

La idea es quedarse pero no a cualquier precio. Quedarse, pero poniendo condiciones. Incluso haciendo algo de autocrítica.

Condiciones que en 2015, cuando se aparearon al macrismo en la convención de Gualeguaychú, era impensable plantear. En ese entonces había un Macri lleno de futuro y poder.

Con ese nuevo metejón de desequilibrarnos el desayuno con anuncios fuertes, Cornejo se ha despachado en las últimas horas con un documento donde le pide a Macri armar "una nueva coalición" que sirva para relanzar Cambiemos (con otro nombre) e insiste con habilitar alianzas con otras fuerzas: ya sean del peronismo razonable, de los gobernadores, del socialismo, de Stolbizer, o de lo que cuadre.

Otro detalle que sobresale es que ahora la opinión de la UCR acerca de lo hecho por Macri y su gabinete tiene un tono mucho más severo. Y por eso exigen que se los consulte  casi de  igual a igual. Nada de tiranías de Marcos Peña (el que era los ojos, los oídos y la boca de Macri). Es hora de que vayamos achicando el pánico con respecto a los catecismos marketineros de Durán Barba.

Hacete el choma

A Cornejo lo envalentona el descalabro que ha generado en la arquitectura política del Gobierno nacional la novedad de que Cristina Kirchner ya no es candidata presidencial. Macri  ya no tendrá una antagonista excluyente.

Ya no será "yo o el cuco". Y eso quizás haga que el voto no quede concentrado entre Macri, el mal menor, y Cristina, el mal mayor.

Otra cosa que moviliza a Cornejo es la ausencia de definiciones tajantes en el peronismo razonable (Alternativa Federal), pero también la escasa gracia que les ha causado a los kirchneristas que Alberto Fernández sea su candidato.

E incluso se contabilizan algunas señales confusas, como la de algunos dirigentes macristas que se equivocan frente a los micrófonos y dicen que la candidata es María Eugenia Vidal en lugar de decir Macri.

Traducido: A río revuelto, aquí venimos los radicales a obtener alguna ganancia y a darle cuerda al nuevo Cambiemos. Eso es lo que podría argumentar Cornejo.  

"Yo no me voy a resignar a que gane otra vez el populismo, pero para que eso no ocurra hay que actuar. Tenemos que ser la mejor oferta electoral en octubre", es una de sus nuevas definiciones. 

Con todas las fichas jugadas a pleno y lanzado con ímpetu hacia adelante, Cornejo nos obliga a todos a hacernos preguntas.

Por ejemplo, a mi se me ocurra una: ¿Nace una estrella o un estrellado?

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