Análisis y opinión

Con distintas camisetas, Ulpiano y el colorado Allasino buscan un rol político propio

El radical Ulpiano Suarez y el demarchista Esteban Allasino parecen compartir la onda de hacer política de manera distinta, buscando sortear los vicios de la politiquería

Esteban Allasino, 40 años, ingeniero civil por la Tecnológica, casado, dos hijas, mentado como "el colorado" o "el pelado", se encargó de remarcar, cuando asumió como intendente de Luján de Cuyo en diciembre pasado, que él era la tercera versión sucesiva de un tipo de gestión municipal que había comenzado Omar De Marchi en 2015 y continuado el sobrino de éste, Sebastián Bragagnolo, en 2019.

Sin embargo, Allasino se ha mostrado hasta ahora más como un funcionario técnico, profesional, que como un intendente militante. Algunos preguntan en chiste si es un demarchista de bajas calorías. Otros dicen que es un ingeniero que ha decidido maridar esa carrera con su rol político sin que lo partidario le tape lo técnico.

Al mundillo político le ha llamado la atención la onda política que Allasino viene desarrollando con el intendente radical Ulpiano Suarez. Quizás los vincule el estar reclamando al gobierno provincial de Alfredo Cornejo por transferencias de la coparticipación que consideran injustas. También los agrupa el fervor deportivo ya que ambos corren maratones. Si bien Allasino llegó a su cargo con el sello de La Unión Mendocina, no se le conocen muestras de fervor de facción ni tampoco excesos de fe demarchista.

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Esteban Allasino y Ulpiano Suarez en uno de los tantos momentos compartidos en el ámbito político.

Esteban Allasino y Ulpiano Suarez en uno de los tantos momentos compartidos en el ámbito político.

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El bacheador

Allasino empezó en 2015 como jefe de bacheo del departamento -su especialidad es lo vial- y debió hacerse cargo del desastre que el intendente anterior, el peronista Carlos López Puelles, ex ministro del gobernador Celso Jaque, había dejado en el departamento. No debe haber hecho mal lo del bacheo porque terminó como jefe de Gabinete de De Marchi y luego de Bragagnolo, lo que le permitió correr con ventaja cuando asumió la intendencia porque conocía el jodido entramado de gestión.

Otro de los puntos que ha unido a este demarchista con el capitalino Suarez es el de terminar con las reelecciones indefinidas de concejales en sus municipios. Hace unos días volvieron a juntarse en la comuna de Ciudad para confirmar que el lujanino replicará la ordenanza de Suarez que pone fin a los ediles eternos, una idea que se está extendiendo también a otros municipios. Una sola reelección y a buscar otro trabajo.

Les suena bien tener un rol contrario al de la vieja politiquería. Hablan de transparencia y de participación ciudadana y dejan entrever que van por un camino propio respecto de los referentes políticos de sus partidos. Cornejo en el caso de Ulpiano Suarez y Omar De Marchi si hablamos del lujanino, son eso, referentes que respetan, pero no sus únicos guías.

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Esteban Allasino va a la Corte por la coparticipación contra la Provincia.

Esteban Allasino va a la Corte por la coparticipación contra la Provincia.

El mayor

Ulpiano Suarez, tiene 53 años, es abogado por la Universidad de Mendoza, casado, dos hijos grandes, deportista, sobrino del exgobernador Rodolfo Suarez. Hábil programador de sí mismo, es un típico producto de esa maquinaria política de relojería que es la "muni" de la Ciudad de Mendoza, donde nunca ha habido desde 1983 una administración que no sea de la UCR. Un ámbito donde -dicen los ásperos- se confirma aquel viejo axioma de que "no hay nada más oficialista que un concejal de la oposición".

En su caso, por estar ya en su segundo mandato consecutivo como intendente, hace gala de un entrenamiento político como para salir a buscar algo que le signifique singularidad política. Es indudable que quiere ser gobernador de Mendoza y que ese camino no lo quiere hacer bajo el ala excluyente de Alfredo Cornejo.

Tras las elecciones del año pasado en que fue reelecto con el 54% de los votos, Suarez comenzó a tomar decisiones con las que ha insinuado una cauta pero creciente independencia dentro de su partido, donde Cornejo mantiene el cargo honorífico de pater familias.

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Ulpiano Suarez ha destacado el impulso a la obra pública del sector privado en varias oportunidades.

Ulpiano Suarez ha destacado el impulso a la obra pública del sector privado en varias oportunidades.

Sin farola

Este intendente tiene una habilidad: sabe venderse tratando de no ser farolero. Ha armado una red de contactos y de vinculaciones con la política y se las ha ingeniado para tener presencia en proyectos nacionales e internacionales sobre gobernanza. En las mediciones de imagen de los intendentes de las principales ciudades del país suele aparecer con frecuencia entre los cinco primeros.

Con Allasino ya han coincidido en algunos de esos eventos en los que los políticos emergentes consolidan su pericia de gestión, con lo que se ratifica que el lujanino va también por un camino similar, pero más tranqui, porque en su caso no tiene el proyecto Provincia en un horizonte tan cercano.

Alfredo Cornejo, viejo zorro de la política, lo ve venir. Ambos se recelan con el mismo empeño con que se respetan. El gobernador ha decidido darle una mano al intendente en los reclamos sobre los desactualizados dineros del Fondo Compensador. Busca evitar que un correligionario termine acudiendo a la Corte provincial para poder cobrar lo que le corresponde al municipio. Allasino, que no está obligado a esos pruritos, ya ha demandado a la Provincia ante el máximo tribunal provincial.

En suma, con Ulpiano y "el colorado" estamos ante dos exponentes de la nueva camada política de Mendoza, dos tipos con diferente camiseta partidaria que están haciendo cosas que llaman la atención porque no son tan guarramente politiqueras (no son Orozco), sino que se juntan y planean en común sin temor a que en sus partidos les llamen la atención.