Análisis y opinión

Alberto superstar: la semana europea de un mandatario de verba desbordante

El Presidente comprobó en Europa que la pelea de albertistas y kirchneristas es mucho más dañina de lo que dice la "prensa hegemónica" argentina

-Periodista: "Señor Presidente, ¿se ve usted con fuerzas no sólo de terminar su mandato, sino de presentarse a la reelección en 2023?"

-Alberto Fernández: Sí, absolutamente. Con todas las fuerzas necesarias para que la Argentina se ponga de pie. Y la voy a poner de pie".

-P: Entiendo que ha dicho más o menos que sí".

-AF: Definitivamente, definitivamente. Si hay algo que nos pasa a los peronistas es que nunca nos damos por vencidos"

José Antonio Guardiola, un conocido periodista de Radio Televisión Española (RTV) es quien le hizo las pregunta arriba mencionadas al mandatario argentino Alberto Fernández, en Madrid. El jefe de la Casa Rosada utiliza dos veces el adverbio "definitivamente", que signfica "conclusión", como para no dejar dudas de que tiene fuerzas para terminar su mandato y de que piensa postularse a la reelección.

Apenas llegó a España concedió entrevistas a dos periodistas ibéricos, uno del diario El País, Carlos E. Cué, y el otro ya citado de Televisión Española, para hacer las primeras y más impactantes declaraciones, en particular las referidas a su futuro político y acerca de su relación con la vicepresidenta Cristina Kirchner. Dijo por ejemplo: "Cristina tiene una mirada muy parcial, que desatiende que hemos vivido una pandemia", "Me preocupa la obstrucción al Gobierno, no el debate", "A veces las voces se vuelven tan altisonantes que no permiten ver la realidad". Luego en el canal DW de Alemania aseguró:"Yo no decepcioné a parte de mi electorado, eso es lo que dicen algunos" (lo había dicho Cristina en el Chaco al recibir el doctorado Honoris Causa)

alberto fernández gira por europa2.jpg
Los periodistas de España, Francia y Alemania pusieron mucho interés sobre las tensiones políticas entre Alberto y Cristina.

Los periodistas de España, Francia y Alemania pusieron mucho interés sobre las tensiones políticas entre Alberto y Cristina.

La amplificación

Sin embargo, esa claridad conceptual que el mandatario exhibió en España y Alemania en los dos primeros días de la gira, se empezó pronto a enturbiar. Es que, ante la fuerte repercusión que tuvieron sus palabras, el mandatario buscó ponerles un freno.

Cualquiera sabe que no es lo mismo que Alberto Fernández haga declaraciones en La Matanza o Quilmes, a que las realice en Madrid y Berlin. La amplificación es otra y los públicos son otros. Europa es un ámbito que tiende a la moderación política y que busca la sanidad económica. La Argentina es un santuario populista.

Y así fue que Alberto, que había arrancado en modo europeizado, tuvo que empezar con aclaraciones y desmentidas. Y recular al modo nacional y popular. "No estoy discutiendo con Cristina". "No estoy pensando en mi reelección". Yo no me tengo que pelear con Cristina, tengo que pelearme con Macri, con la derecha argentina", fueron algunos de sus retruécanos para equilibrar los tantos que habían dejado patitiesos a varios en la Argentina.

Uno de los puntos que lo hizo retroceder desde esa senda de claridad conceptual fue el molesto silencio que el tema de su reelección generó en el peronismo. Solamente dos dirigentes justicialistas, el ministro de Seguridad Aníbal Fernández, y el gobernador de Tierra del Fuego Gustavo Melella, salieron a avalar el anuncio. El resto guardó cama.

El expresivo

Alberto Fernández posee una manifiesta necesidad de expresarse. Le sale a borbotones. Pero su generosa oralidad no suele ir acompañada de una precisa coherencia entre el relato de un día y el de la jornada siguiente. A veces pareciera que lo más importante para él es decir cosas que sus cambiantes auditorios necesitan escuchar.

Cristina también es muy elocuenten en su hablar, pero es más cuidadosa en seguir una correlación ideológica. Además, ella no sólo usa su voz sino que habla con gestos, con mohines, con sus manos, con su manía de arreglarse el pelo mientras pontifica, con sus retos, con sus apelaciones al lenguaje coloquial ("la levantaron en pala", "la tarasca", "esos republicanos de morondanga"), o con sus encíclicas y cartas urbe et orbi.

Ayer el diario El País, de Madrid, mantenía en la sección "Lo mejor de la semana" la entrevista de Carlos A. Cué a Alberto Fernández en la que el argentino se mostraba como un dirigente moderado y amigable del centrismo político y como alguien que ha comprendido que el camino de la prudencia fiscal es el único posible para empezar a enderezar la maltrecha economía.

Enseñanza francesaAl concluir este viernes 13/5 la gira europea, el Presidente volvió a exponer su molestia por la insistencia de los periodistas de España, Alemania y Francia en averiguar sobre la interna política que tiene en ascuas al gobierno argentino.

En Francia tenía previstas dos entrevistas, una con el diario Le Monde y otra con la cadena televisiva France 24. Concedió la nota al famoso diario parisino, pero canceló la de la televisión cuando comprobó que le iban a seguir preguntando sobre la interna con Cristina, y no sobre las "razones económicas, comerciales y estratégicas" con las que se armó, a las apuradas, esta misión.

Alberto Fernández debe haber corroborado el aserto de que las cosas se ven muchísimo mejor al tomar distancia. Y eso debería guardarlo como una de las mejores ratificaciones de su viaje.

Es que las tensiones políticas desatadas entre kirchneristas y albertistas significan mucho más que una comidilla politiquera magnificada por los periodistas de "los medios hegemónicos" de la Argentina, sino que son un impedimento mayúsculo que deja al interés general, es decir el futuro del país, en segundo o tercer plano. ¡Bon voyage!