Después de las PASO, que posicionaron a Alberto Fernández a unos pasitos de la Casa Rosada, la mira hoy apunta a las elecciones que tendrán a Mendoza como protagonista excluyente. 

Los comicios desdoblados oportunamente por Alfredo Cornejo, para despegar a la provincia de los avatares del gobierno de Macri, le dan la posibilidad al oficialismo de apostar por la continuidad.

El gobernador, un viejo lobo de la política, previó con tiempo que arriesgaría innecesariamente el crédito de su gestión si unificaba los comicios con la Nación, como lo hizo María Eugenia Vidal, ahora pegada a la suerte de Macri. La ley electoral sancionada unánimemente por la Legislatura en 2016 le vino a Cornejo como anillo al dedo para argumentar la movida.

Pasado el tsunami del 11A, que parece haber sepultado el proyecto reeleccionista, los radicales  mendocinos y sus socios locales, están enfocados en marcar una impronta provincial separada de la nacional. Las diferencias de gestión, de estilos y resultados entre ambos gobiernos han sido ostensibles en estos cuatro años, y es lo que pretenden marcar desde el oficialismo, aunque los mendocinos están en absoluto exentos de la situación nacional.

La estrategia que se busca es plebiscitar la gestión de Cornejo y promover a Rodolfo Suarez como el garante de la continuidad.

El jefe de la comuna capitalina ha empezado a levantar el perfil con críticas a las medidas de Macri que tienen a los gobernadores peronistas en pie de guerra por las bajas en la coparticipación. 

Tampoco se ha privado de remarcar que sería un gobernador exitoso, aun con Alberto Fernández como presidente. El mensaje a los electores es que tranquilamente pueden votar a un signo político en el país y a otro en Mendoza.

Alentado por la encuesta de Reale-Dalla Torre, que le ha devuelto la confianza después de la debacle del 11A, Suarez no duda en apoyarse en su  gestión al frente de la comuna como una carta fuerte para el 29 de septiembre, y ya anunció que no se tomará licencia por la campaña para no desatender el gobierno municipal. 

Su principal vidriera será mostrar lo hecho y toda un serie de acciones programadas para las semanas que restan hasta las elecciones. 

Camina el neokichnerismo

Como contrapartida, la estrategia de Anabel Fernández Sagasti, se basa en asociar la suerte de la provincia a la de la Nación. 
Aprovechando el envión de las PASO, todas las fichas están puestas al rechazo mayoritario de la población al gobierno de Macri. Se busca que el voto bronca se vuelque al gobierno de Cornejo y, por ende, al candidato que aspira a sucederlo.  "Son socios políticos y ambos son responsables de haber empobrecido a los mendocinos", se escucha repetidamente.

Alberto Fernández es la carta de triunfo y el peronismo mendocino no desaprovecha la potencia de su figura. 

La presencia  en Mendoza del candidato mejor posicionado hacia la presidencia le permitió a Anabel mostrar que hay un proyecto unívoco entre ambos. La suerte de  la provincia depende de la Nación, plantean en sintonía.

Con modales moderados, comparados con los años en que la grieta era el motor de la causa, hoy el kirchnerismo expande una sensación de búsqueda de concordia. En los últimos días, Alberto y Anabel siempre juntos, dieron una imagen de apertura dialoguista en los encuentros con empresarios y diversos sectores. 

La senadora nacional, que aspira a ser la primera gobernadora de Mendoza, también ha levantado su perfil para demostrar que tiene experiencia política y que está debidamente consustanciada con las problemáticas provinciales. Y aguarda que las elecciones departamentales del 1 de septiembre sean otro hito clave en su carrera a la gobernación.


Es que el próximo domingo, los intendentes de San Martín, Lavalle, Tunuyán y San Rafael tienen el desafío de poner a prueba sus proyectos reeleccionistas.

Los caciques comunales que desdoblaron, Jorge Giménez, Roberto Righi, Martín Aveiro y Emir Félix tienen  serias chances de reeditar su desempeño en las PASO para provocar otro triunfo peronista que fortalezca un clima opositor.

Por un tiempo, al menos en lo electoral, el foco estará puesto en Mendoza.