Una denuncia por abuso sexual que se radicó en los últimos días sacudió no sólo el seno íntimo de una familia sino también a la Policía de Mendoza. Es que la persona que radicó la acusación judicial fue un jefe policial y apuntó contra su propio hijo, quien también pertenece a la fuerza. El sospechoso se encuentra detenido e imputado.

El 17 de noviembre pasado, un auxiliar de 27 años fue detenido en una de las dependencias que pertenece a la Dirección de Investigaciones. La orden fue dictada por el fiscal de Delitos Sexuales Darío Nora quien había recibido una grave denuncia días atrás.

El expediente se inició gracias a la acusación que radicó el padre del sospechoso, un subcomisario de 48 años que es jefe de una división de la Policía -no se aportan más datos para preservar la identidad de la víctima-. El hombre declaró que su hija le había confesado los abusos que sufrió durante años por parte de su hermanastro -comparten lazo sanguíneo paterno-, desde que el sospechoso tenía 15 años en adelante.

El fiscal tomó las primeras declaraciones testimoniales del caso, le dio intervención a los organismos pertinentes y decidió detener al joven de 27 años. Fue imputado por abuso sexual con acceso carnal agravado en reiterados hechos agravado por la convivencia con un el menor de edad -de 8 a 20 años de cárcel- y fue trasladado al complejo San Felipe. En esa cárcel quedó alojado en el pabellón destinado a fuerzas de seguridad.

Como los vejámenes habrían ocurrido hace muchos años y es imposible su comprobación mediante exámenes físicos, el fiscal espera una prueba clave. Será la declaración de la víctima que se realizará en cámara Gesell por ser menor de edad -tiene 17 años- y por ser víctima de delitos sexuales. Además, una pericia psicológica determinará si el relato es creíble.

Además de la causa judicial, la Inspección General de Seguridad (IGS) inició una investigación administrativa donde el joven efectivo ya se encuentra sumariado, según trascendió.

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