Con ese aparato, los reos, se comunicaban con el exterior. El abusado identificó como Villarroel, Colque y Mamaní como sus violadores pero también hay dos presos más que los ayudaban. Los denunciados, todos plenamente identificados, poseían un teléfono celular ilegal, con el que se comunicaban con el exterior.
El preso esgrimió que no pudo denunciar antes el terrible hecho porque los demás presos lo tenían amenazado de muerte. Cuando las requisas terminaban, los violadores le sacaban del ano el celular y el cargador.
El médico Marco Barrionuevo diagnosticó que el denunciante "presenta defloración reciente y dilatación en la zona del ano y recto". El fiscal ordenó la detención de los causantes por el delito de abuso sexual gravemente ultrajante y en pocas horas el Juzgado de Garantías 1 ordenó hacer lugar a lo solicitado por la Fiscalía.