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El crimen de Blair Adams sigue siendo un misterio 30 años después.
El crimen sin resolver de Blair Adams
Blair Adams nació el 28 de diciembre de 1964 en Canadá. Trabajaba como supervisor en una empresa de construcción. Amigos y familiares lo describían como sociable y confiable, pero en los días previos a su desaparición, su comportamiento cambió drásticamente.
A principios de julio de 1996, comenzó a actuar de manera errática: evitaba su departamento, dormía en su camioneta y le confesaba a amigos que un criminal lo estaba persiguiendo para matarlo. Esta paranoia lo impulsó a huir, abandonando su trabajo y su vida cotidiana en un viaje impulsivo que lo llevaría miles de kilómetros al sur.
El 5 de julio de 1996, Blair Adams abandonó su casa. Retiró alrededor de 6.000 dólares canadienses de su cuenta bancaria y vació su caja de seguridad, donde guardaba barras y monedas de oro valoradas en miles de dólares. Cargó su camioneta y partió hacia Estados Unidos.
Llegó el 10 de julio, exhausto y desorientado. Se registró en un hotel usando el nombre falso "Gordon Black", pagando en efectivo. El personal notó su agitación: revisaba constantemente la puerta de su habitación y parecía esperar a alguien. Esa noche, Blair Adams fue visto caminando por una ruta, dirigiéndose hacia un hotel en construcción cercano. Dos mujeres reportaron verlo hablando con un hombre desconocido.
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Una de las últimas imágenes del hombre antes del crimen.
La mañana del 11 de julio de 1996, trabajadores de la construcción descubrieron el crimen. El cuerpo estaba en el estacionamiento de un hotel, semidesnudo, con las medias puestas al revés. Había sido brutalmente golpeado con un objeto contundente.
La autopsia reveló que la causa del crimen fue un shock séptico por la ruptura de su estómago, con golpes en la cabeza, torso y genitales. En su mano derecha se encontró un mechón de cabello largo de otra persona. Alrededor de su cuerpo yacían casi 4.000 dólares en una mezcla de billetes canadienses, estadounidenses y alemanes. Las pruebas toxicológicas fueron negativas para drogas o alcohol.
La investigación inicial de la Policía de Estados Unidos fue criticada por su lentitud. Los investigadores descartaron la paranoia de Blair Adams como delirios, posiblemente relacionados con un colapso mental, pero el hecho de que fuera víctima de un crimen alimentó teorías de que su miedo era justificado. Pero la respuesta certera nunca llegó, a casi 30 años.