Estaba de civil. Se encontró con un sospechoso de haberle robado días antes. Desenfundó su arma reglamentaria en plena vía pública y efectuó varios disparos. Lo mató. Para la Fiscalía, ese suceso ocurrido hace exactamente 2 meses en Luján de Cuyo fue un caso de gatillo fácil. Para la abogada del policía, una legítima defensa. En el primer round judicial, se impuso la primera postura.
Ni libertad, ni cárcel: la decisión de un juez para un policía acusado de gatillo fácil
El policía José Eliseo Funes (40) está acusado de cometer el crimen de Federico Rubén García (37) al balearlo en plena vía pública
El miércoles, el juez Sebastián Sarmiento dictó la prisión preventiva de José Eliseo Funes (40), el hombre que arriesga una pena de prisión perpetua por homicidio agravado por su condición de policía y por utilizar arma de fuego. Aunque el magistrado aceptó que la detención sea en modalidad domiciliaria, tal como lo había solicitado el propio fiscal de la causa, Gustavo Pirrello.
El investigador del crimen de Federico Rubén García (39) le mostró al juez todas las pruebas que tiene para considerar, a esta altura de la pesquisa, que se trató de un caso de gatillo fácil. Principalmente, un video de cámaras de seguridad que mostró la secuencia donde el policía de civil sale de comprar de un kiosco, se acerca a un auto -que había reconocido como el que utilizaron ladrones que le robaron días atrás-, se identifica, le pide al conductor que se baje y le empieza a disparar cuando huye del lugar -ver más abajo-.
El hombre que fue baleado por el policía en Luján de Cuyo.
La abogada defensora, Susana Soleti, solicitó la libertad del policía considerando que el caso se encuadra como una legítima defensa. La letrada argumento que su cliente actuó bajo el procedimiento policial ya que se identificó ante el sospechoso, que fue una "casualidad" que se encontrara al supuesto ladrón y que está probado con pericias del Cuerpo Médico Forense (CMF) que Federico García lo atropelló y le produjo un esguince en su pierna cuando intentó escapar. Pero esta teoría sobre la calificación del hecho fue rechazada por el juez.
Policía gatillo fácil o legítima defensa
En los primeros días de octubre, el policía José Funes había sufrido un robo en su vehículo. Con un inhibidor de alarmas lograron vulnerar las aberturas de su auto y le sustrajeron una mochila donde tenía algunos bienes, entre ellos, su pistola 9 milímetros reglamentaria.
A los pocos días, el 6 de octubre, el policía con 21 años de trayectoria se encontraba comprando en un kiosco ubicado en Azcuénaga y Libertad, en Luján de Cuyo. Al salir, se encontró con un auto Chevrolet Prisma estacionado que tenía las mismas características del auto que utilizaron los ladrones. Pese a que estaba de civil, empuñó su arma reglamentaria que le había provisto nuevamente el Ministerio de Seguridad y encaró al conductor.
El auto donde iba el conductor baleado por el policía terminó volcando.
El hombre se identificó como policía e intentó aprehenderlo, pero Federico García aprovechó que estaba el semáforo en verde y aceleró el vehículo. José Funes efectuó 7 disparos. Todas las balas impactaron en el auto, excepto una que atravesó el cráneo del conductor y le quitó la vida al día siguiente.




